30 de junio de 2009

El círculo moral en expansión


«Quien se oponga a los derechos de los animales y sostenga que el hecho de ser persona se basa en ser miembro de la especie Homo Sapiens no es más que un fanático de la especie, no más sensato que los fanáticos de la raza que otorgan mayor valor a la vida de los blancos que a la de los negros. Después de todo, los demás mamíferos luchan por seguir vivos, experimentan el placer y sufren el dolor, el miedo y el estrés cuando su bienestar peligra. Los grandes simios también comparten nuestros placeres más elevados de la curiosidad y el amor a los parientes, y nuestros dolores más profundos, el aburrimiento, la soledad y la pena. ¿Por qué se iban a respetar esos intereses en nuestra especie y no en las demás?» ~ Steven Pinker


El filósofo Peter Singer publicó un libro en 1981 llamado «The Expanding Circle» —no traducido todavía al español— en el que explica como la consideración ética puede expandirse progresivamente a partir de un fundamento moral fijo. Singer explica el progreso moral con la metáfora que da título a su libro: «El Círculo Expansivo». Algunas de las ideas que expone Singer se pueden encontrar también recogidas de forma sintética en un artículo titulado: «Ética más allá de los límites de la especie»

Estamos dotados de una conciencia moral que nos hace ver a los otros individuos como seres que merecen consideración por nuestra parte y que nos inhibe de dañarlos arbitrariamente. Asimismo, podemos razonar si un ser puede ser clasificado como persona —y no como cosa— sin necesidad de clasificar directamente a todo ser viviente como persona y morirnos de hambre por evitar infligir cualquier daño.

Los seres humanos han extendido sistemáticamente su círculo de consideración moral a lo largo del tiempo. Ese círculo se ha extendido de la familia y el pueblo al clan, la tribu, la nación, la raza y más recientemente —como es la Declaración Universal de los Derechos Humanos— a toda la humanidad. Se ha expandido de tal forma que de limitarse a un grupo concreto y cerrado hasta abarcar a todos los seres humanos. Ha pasado de incluir solamente a los varones para incluir también a las mujeres, los niños y los discapacitados. Se ha ensanchado para abarcar también a los delincuentes, los prisioneros de guerra, los civiles enemigos y los discapacitados.

La expansión de la consideración moral puede originarse en algo tan básico como la exigencia de ser lógicamente coherente cuando se pide a otras personas se comporten de determinada manera. Consiste en darse cuenta de que no se puede obligar a los demás, sin caer en la incoherencia, a regirse por unas normas que en realidad nosotros mismos estamos desobedeciendo. Las actitudes egoístas, sexistas, racistas, xenófobas, y también las especistas, son lógicamente incoherentes con la necesidad de que todos los agentes morales respetemos un código de conducta racional.

No obstante, es necesario aclarar que el hecho de que la consideración moral se expanda en forma círcular tiene razones psicológicas; no morales. Es decir, tiene que ver con la manera en que desarrollamos mentalmente nuestra moralidad. Primero, el individuo toma consciencia de sí mismo y de sus allegados más cercanos y luego comprende que la consideración debe extenderse a todas las demás personas por igual, incluyendo a aquellas con las que no tienes ningún contacto directo. Si bien, no hay ningún centro en la ética. El fundamento de la ética es la lógica. La lógica es un criterio de naturaleza estructural; no un centro material.

Cuando usamos la metáfora del círculo para explicar la expansión de la consideración moral no estamos describiendo la moral sino que describimos la manera en que los agentes morales suelen desarrollar su propia moralidad y la forma en que la cultura se ha ido moralizando. Es una descripción psicológica y cultural; pero no es la estructura de la moral, puesto que la moral es igualitaria por principio, y por tanto no puede aceptar jeraquías ni grados de consideración. Esto es lo que significa decir que es igualitaria.

Por supuesto, todavía no se han agotado las posibilidades de progreso moral.

El canibalismo nos resulta tan repugnante que durante muchos años ni siquiera los antropólogos quisieron reconocer que en realidad fue algo habitual en nuestra prehistoria. Ahora resulta fácil pensar con terrible desagrado: ¿es posible que otros seres humanos fueran capaces de verdad de algo tan abyecto?

La historia y la etnografía nos revelan que los seres humanos pueden perfectamente tratar a aquellos humanos que consideran extraños como hoy tramos a los animales no humanos, especialmente aquellos animales destinados para consumo.

La indignación y el rechazo hacia los actos criminales más horribles dirigidos hacia otros humanos resulta ser muy similar a la indignación y rechazo que sentimos las personas con consideración moral por otros individuos, más allá de nuestra propia especie, cuando vemos la esclavitud y toda la violencia que los seres humanos estamos infligiendo al resto de animales.


Del mismo modo que hemos ampliado nuestra esfera de consideración moral a todos los humanos sintientes sin diferencia de raza o sexo; el principio ético de igualdad nos exige ahora ampliar nuestra consideración moral a los demás animales sintientes, sin discriminación de especie.

No podemos borrar el injusto daño que cometimos en el pasado, pero sí podemos elegir no continuar causando ese daño y elegir el bien en su lugar.


29 de junio de 2009

Nuestros primos hermanos




¿Deberíamos apoyar iniciativas como la de El Proyecto Gran Simio que piden reconocer personalidad sólo para algunos primates no humanos? Soy de la opinión que no deberíamos apoyarlo.

Ese tipo de campañas denotan un sesgo antropocéntrico que lleva a preocuparnos sólo porque aquellos animales que se parecen más a los humanos en aspecto y capacidades cognitivas. Yo considero que todos los seres conscientes deberían ser sujetos de consideración moral; sin importar si se parecen o no a nosotros —los humanos.

El argumento de la afinidad genética es argumento inconsistente y propio de una mentalidad antropocéntrica. Pretender que sólo merezcan consideración moral aquellos más cercanos a nosotros genéticamente es como pretender que sólo aquellos humanos que sean nuestros afines genéticamente merezcan tener derechos y el resto de humanos puedan ser utilizados como meros recursos. Así lo señala el profesor Emiliano Bruner:
«Hay que reconocer dignidad y derechos a todos, existan o no existan las razas. Y lo mismo vale para cualquier forma de vida que supuestamente tenga una complejidad biológica suficiente para poder ser consciente de su propia existencia: no necesito saber cuántos genes compartimos con un chimpancé para decidir si lo voy a torturar o a exterminar. Paradójicamente, una posición que defiende respeto y derecho solo en nombre del grado de parentesco es tan racista [o especista] como las alternativas a las que pretende enfrentarse.»
El fundamento en el que se debe basar el reconocimiento moral y legal de los otros animales como sujetos de derechos no debe ser la cercanía genética con la especie humana, ni tampoco la inteligencia, sino solamente la capacidad de sentir. Los demás animales sienten, sufren igual que nosotros, desean vivir y disfrutar de sus vidas en libertad. Cada uno de ellos es un individuo único con voluntad e intereses propios.

La consideración moral que merecen los demás animales se les niega por una mentalidad especista y antropocéntrica predominante en nuestra sociedad que no reconoce en igualdad los intereses de otros animales. Y los defensores de los animales son los primeros que deberían superar en ellos mismos ese tipo de mentalidad.

19 de junio de 2009

Un documento histórico



NOTICIAS VEGANAS

NOVIEMBRE 1944
 

Los recientes artículos y cartas en The Vegetarian Messenger acerca de la cuestión del consumo de productos lácteos han puesto de manifiesto la innegable evidencia de que la producción de dichos alimentos implica crueldad y explotación de la vida sintiente desarrollada. La excusa de que no es necesario matar para obtener productos lácteos ya no es sostenible por todos aquellos que conocen los métodos empleados en las granjas y la dura competencia que incluso los granjeros más humanitarios deben afrontar si quieren permanecer activos en el negocio. 
Como lacto-vegetarianos hemos sabido durante muchos años que la industria cárnica y la industria láctea estaban relacionadas y que en cierta forma se complementaban la una con la otra. Sabíamos por tanto que el motivo basado en fundamentos morales para rechazar sus productos era excepcionalmente fuerte y aguardábamos a que tarde o temprano una crisis de conciencia nos liberara de ellos. 
Para nosotros ya ha llegado ese momento. Habiendo seguido una dieta libre de alimentos de origen animal durante periodos que van de unas pocas semanas en algunos casos hasta varios años en otros, creemos que nuestras ideas y experiencias están suficientemente maduras para servir como prueba de ello. La incuestionable crueldad implicada en la producción de leche hace evidente que el lacto-vegetarianismo se encuentra a medio camino entre el consumo de cadáveres y una dieta verdaderamente humanitaria y civilizada, así que durante nuestra vida en esta tierra debemos intentar evolucionar lo suficiente como para recorrer por entero ese camino. 
Podemos ver claramente como nuestra civilización actual está basada en la explotación de animales de la misma manera que las civilizaciones del pasado estuvieron fundadas en la explotación de esclavos, y creemos que el destino espiritual del ser humano conducirá a que en el futuro contemplaremos con horror el hecho de que el hombre se alimentó de productos hechos con los cuerpos de otros animales. 
Aunque sin una evidencia científica de ello, sospechamos que el gran impedimento para el desarrollo moral del hombre está en su condición de parásito de otras formas de vida animal. La investigación acerca de las propiedades inmateriales de los alimentos apenas acaba de comenzar y no parece que los usuales métodos materialistas de investigación puedan aclararnos mucho sobre ello. Pero, ¿acaso no sería posible que eliminando todas las vibraciones animales de nuestra dieta descubramos el camino no solamente hacia un modo de vida saludable sino también hacia un avance en nuestra capacidad intuitiva y psíquica desconocida hasta el presente?  
Se nos suele alegar habitualmente como crítica el que nuestra época no está madura todavía para el cambio que proponemos. ¿Pero acaso alguna época estuvo madura para un cambio sin que fuera preparada previamente para ello mediante la determinación de algunos individuos? ¿Acaso Wilberforce esperó a que su época "madurara" antes de empezar a combatir la esclavitud? ¿Acaso Edwin Chadwick, Lord Shaftesbury y Charles Kingsley esperaron a que llegara un inexistente momento antes de intentar convencer a la opinión pública sobre las ventajas de tener baños y aguas limpias? Solamente si hubieran declarado su intención de envenenar a todo el mundo habrían podido encontrar una mayor oposición. 
Hay un evidente peligro en dejar la consecución de nuestros ideales a la posteridad, porque la posteridad puede ser que ya no tenga nuestros ideales. La evolución puede ser tanto regresiva como progresiva, de hecho parece haber siempre una poderosa tendencia a escoger el camino equivocado antes de que los cánones sean establecidos y las nuevas visiones respetadas. Por este motivo hemos creado nuestro grupo, el primero de su naturaleza, suponemos, en nuestro país o en cualquier otro.   
ORGANIZACIÓN DEL GRUPO  
Nuestros 25 miembros están amplia y lejanamente dispersos por lo que formar un comité no resulta posible. Debido a la ausencia de voluntarios he tomado disposición de los cargos de secretario, tesorero y auditor. Si esta para nada democrática organización pudiera ofender a alguien, estoy abierto a sugerencias de cualquier tipo que me permitieran, ya fuera intencionadamente o no, malversar los fondos disponibles con suscripciones de !un chelín al año!  
Nuestro trabajo estará en principio limitado a la propaganda contenida en el boletín. Se ha despertado un gran interés respecto de nuestros argumentos, y parece probable que el boletín será ampliamente leído. Ya hemos recibido muchas peticiones de suscripción para nuestros primeros cuatro números, y llegarán más cuando nos publicitemos. Mr. J. W. Robertson Scott, editor de The Countryman, nos has escrito: 
"Me encantaría saber el éxito que habéis tenido en convencer a consumidores de que rechacen los productos lácteos. Siempre he sentido que el punto de vista vegetariano se encontraba en una posición ilógica, ya que los huevos no pueden ser producidos sin matar a los pollitos, ni los productos lácteos pueden ser económicamente rentables sin la colaboración del matarife."
La claridad con la que los vegetarianos ven esta cuestión está bien reflejada en el resultado de un reciente debate organizado por la Sociedad Vegetariana de Croydon cuando fue aprobada casi por unanimidad la propuesta: "Los vegetarianos deben tener como meta el eliminar todo producto lácteo". Si recordamos bien la votación fue de 30 votos a favor y 2 en contra. 
Nuestros miembros son pronunciadamente individualistas, no se intimidan fácilmente ante la crítica y están llenos del espíritu de los pioneros, y estoy seguro de que nunca permitirán que su revista degenere en un mero producto secretarial. Todos estáis invitados a escribir algo periódicamente para hacer la revista interesante, útil y provocadora. ¿Qué os parece una serie de artículos (de alrededor de 600 palabras) con el título: "Mi filosofía espiritual"? Artículos, cartas, recetas, dietas, artículos de prensa, sugerencias acerca de cultivar, notas sobra el cuidado de niños, anuncios (gratis para los socios), todo será bienvenido. Las cartas de aquellos que sean críticos con nosotros también serán publicadas. Se trata de un trabajo verdaderamente pionero y si todos cooperamos veremos con toda seguridad un avance en la práctica humanitaria, y quizás revelaremos verdades nutricionales que de otro modo habrían permanecido inaccesibles. 
Recordemos como gran parte de la investigación nutricional moderna ha sido determinada por intereses establecidos y realizados en laboratorios de vivisección, por lo que carecemos a propósito de datos concernientes acerca de las ventajas de una dieta libre de productos de origen animal. Sabemos que los animales domesticados están casi todos enfermos, por tanto el 99.9999% de la población consume los productos de esos cuerpos enfermos, ¿cómo podemos llegar medir el efecto que tales alimentos están causando? Miles de personas viviendo con una estricta dieta libre de productos animales durante muchos años nos otorgarán datos de inestimable valor. !El Gobierno ha concedido subvenciones para trabajos sociales de mucha menor utilidad!
BUSCAR UN NOMBRE  
Debemos considerar cuidadosamente cual debe ser el nombre de nuestra organización, el de nuestra revista y cómo deberíamos denominarnos a nosotros mismos. 
"No-lactos" se ha convertido en un término coloquial, pero es un término negativo. Además no explicita que también nos oponemos al uso de los huevos como alimento. Necesitamos un nombre que sugiera el tipo de alimentación y, si es posible, que comunique la idea de que excluyendo cualquier alimento de origen animal, la Naturaleza sigue ofreciendo una abrumadora variedad entre la que elegir. "Vegetariano" y "frutariano" están asociados con dietas que permiten los "frutos" (!) de vacas y aves, por tanto parece que debemos crear y utilizar un término nuevo y más apropiado. Como puede verse en este primer número de nuestro boletín, he usado el título "Noticias Veganas".  
Ése es el término que debemos adoptar, nuestra dieta será conocida como una dieta VEGANA, y nosotros conocidos como VEGANOS. Las sugerencias al respecto de otros miembros son bienvenidas. La ventaja de tener un nombre corto es bien conocida por aquellos que como secretarios de sociedades vegetarianas han tenido que teclear ese nombre !varias miles de veces al año! 
NUESTRA RELACIÓN CON LOS LACTO-VEGETARIANOS 
El objetivo de nuestra organización es establecer las condiciones para un cambio que consideramos moral, saludable y lógico. Para ello manifestaremos abiertamente por qué condenamos el consumo de productos lácteos y huevos. Estamos seguros de que recibiremos críticas por ello. No nos importa si por ese motivo fallamos a la hora de convencer a otros, sino que debemos pensar que es algo que debe importarles a ellos si, en lo más profundo de sí mismos, saben que tenemos razón.
En todo caso, no debería haber animosidad entre nosotros y los "lactos". Aceptamos que el lacto-vegetarianismo es un paso acertado dentro de la evolución dietética, y por esa razón muchos de nosotros en el pasado empleamos gran parte de nuestro tiempo trabajando por el lacto-vegetarianismo. Durante los últimos años las dos sociedades vegetarianas nacionales han dedicado mucho espacio en sus revistas a esta cuestión sobre el uso de productos lácteos, y tenemos razones para creer que le darán importancia a nuestra labor y ocasionalmente informarán sobre ello. (Antes de formar nuestra organización, se sugirió a la Sociedad Vegetariana el crear una sección específica como parte de la Sociedad. Dicha sugerencia fue vista con simpatía por el Comité, quien sin embargo decidió que todas las energías de la de Sociedad deberían seguir aplicándose a abolir el consumo de carne, y que cualquier otro enfoque debería, por tanto, sentirse libre de actuar como un cuerpo independiente). 
La necesidad de probar que es posible vivir sin consumir productos lácteos es algo muy importante a tener en cuenta por cualquier lacto-vegetariano. Resignarse uno mismo al lacto-vegetarianismo como una solución satisfactoria al problema de la alimentación significa aceptar los corrales y los mataderos como parte de un inevitable plan divino. !Eso significaría también aceptar el espectáculo de un hombre adulto chupando las ubres de una vaca como parte de un propósito digno y racional de la Naturaleza! 
Sin necesidad de hacer proclamas sobre nuestra propia certeza, sentimos que nos encontramos en una posición fuerte para criticar el lacto-vegetarianismo, porque lo peor que podemos decir no es sino una repetición de la crítica que ya nos hicimos a nosotros mismos. Por tanto, expresaremos la verdad tal como la vemos y sentimos, y a pesar de que nuestros amigos lacto-vegetarianos rechacen nuestras ideas si quieren, deseamos que no nos rechacen también a nosotros por comunicárselas.  
ACERCA DE NOSOTROS MISMOS 
Hasta donde sabemos, cada miembro de nuestro grupo ha rechazado el uso de lácteos por razones éticas. Estamos al tanto de las teorías nutricionales predominante y al ejercitar nuestra convicción moral encontraremos como refutar dichas teorías. Lo haremos sin miedo porque sentimos que una filosofía moral combinada con un poco de sentido común es una guía más racional que las teorías salidas de los laboratorios de vivisección. Nosotros no aceptamos que para obtener una nutrición adecuada sea necesario el transgredir nuestra conciencia. Ponemos en cuestión a cualquier nutricionista que alabe las virtudes de las proteínas animales sin haber experimentado una dieta equilibrada libre de dichas proteínas, ya que entonces no entendemos como puede ser capaz de realizar semejantes juicios.

Sabemos que la anatomía del ser humano es indudablemente frugívora. Nos damos cuenta de que el consumo de leche por parte de adultos es un absurdo que no se da en la Naturaleza. Sabemos que podemos estar al menos igual de bien sin productos lácteos que con ellos. Estamos al tanto de que al menos el cuarenta por ciento de las vacas padecen de tuberculosis. Sabemos que la pasteurización permite a los productores vender leche con varios días de antigüedad. Sabemos lo que ocurre con aquellos que consumen "nutritivas proteínas de primera clase" recomendadas por nutricionistas ortodoxos: casi todos ellos mueren de horribles y malignas enfermedades. ¡Que el cielo no asista si nuestra dieta nos provocara algo similar a eso! 
Aparte de decir: "Muy bien, gracias" cuando nos pregunten, consideramos que ahora mismo es algo prematuro anunciar la ventaja fisiológica de nuestra dieta. Humildemente, este secretario vuestro es capaz de recorrer 230 millas en bicicleta cada día, mientras que hace años cuando se cebaba a sí mismo con leche y huevos ya estaba listo para irse a dormir después de recorrer la mitad de esa distancia. También puede llevar a cabo sus tareas durante diez horas al días sin sentirse fatigado a la mañana siguiente. Aunque debemos tener cuidado con lo que digamos no sea que al resto del mundo le lleguen noticias sobre nosotros y esperen encontrarse con robustos y musculosos gigantes de dos metros inmunes a todas las enfermedades. 
Que no nos sorprenda tampoco que hasta la más insignificante incidencia que nos surja dentro de nuestra buena salud será visto a los ojos de los demás como una evidente prueba de nuestra irresponsabilidad por no seguir una "dieta adecuada". Mientras que todas las demás enfermedades que asolan a los miembros de la sociedad civilizada que sigue una "dieta adecuada" no contarán para nada en su contra. ¡Tenemos que estar preparados para hacer frente a las críticas! En nuestros momentos más reflexivos no debemos alimentar el pensamiento de que hay grandes riesgos para la vida viviendo a base de ensaladas, frutos, semillas y cereales integrales. Tampoco se nos puede considerar como unos gigantes morales al elegir una dieta que tan obviamente nos favorece. 
Suponiendo que algunos miembros seguramente desearán cartearse unos con otros, nos proponemos publicar una lista con sus nombres y direcciones en nuestro próximo boletín. Si algún miembro prefiere no ser incluido en la lista que nos lo haga saber. 
Hemos oído que hace 40 años un especialista de Harley Street escribió un panfleto en contra del consumo de lácteos ¿Algún miembro del grupo ha tenido noticia de su publicación?
ACERCA DE AQUELLOS QUE NO ESTÁN TODAVÍA CON NOSOTROS  
Reconocemos que el eliminar todos los productos lácteos crea algunas dificultades personales que varían de magnitud según el individuo. También nos damos cuentas de que el momento presente no es el más adecuado para semejante cambio, pero creemos que llevando a cabo ahora la fundación de nuestro movimiento pronto muchos se nos unirán buscando un "arma para la paz". Sabemos que hay una particular inquietud entre los vegetarianos acerca del uso de cuajo en la elaboración de quesos, y en esto se muestra la más manifiesta contradicción del lacto-vegetarianismo, por lo que sugerimos que hagan lo mismo que hemos hecho nosotros y eliminen el queso de su dieta. 
Nuestro amigo y compañero Dougald Semple nos cuenta que nunca le ha gustado el queso, !por lo tanto no puede ser considerado como un "toque de gusto" esencial para el cuerpo y la mente! Los siguientes pasajes extraídos de la editorial del último boletín de The Vegetarian News no deja lugar para muchos argumentos: 
"La mayoría de los vegetarianos son sin duda conscientes que el uso de cuajo de ternero en la elaboración de queso ha presentado siempre un problema para cualquiera con principios humanitarios, ya que se necesita matar al ternero para obtener el cuajo. En la supuesta ausencia de un sustituto vegetariano para el cuajo algunos vegetarianos se abstienen completamente del consumo de queso, excepto en ciertas variedades, mientras que la mayoría de los vegetarianos toman su ración de queso habitualmente y tratan de olvidar el incidente del cuajo de ternero en su elaboración." 
¿Es correcto que las personas con conciencia moral gasten sus energías en tratar de olvidar semejantes hechos? 
Durante la guerra todos los huevos han desaparecido y se ha podido fácilmente prescindir de ellos sin problema y sin ningún sentimiento de pérdida si uno piensa en el hecho de que son en su mayor parte !fetos y menstruaciones! Eliminar la leche supone indudablemente una mayor dificultad. La leche de almendras es un buen sustituto, aunque no va muy bien para el té (!así que elimina el té y añade otros diez años a tu vida!). 
Aquellos de nosotros que hemos vivido largos periodos sin lácteos podemos afirmar que estamos sanos y fuertes; que disfrutamos de la comida como nunca y que una vez que la nueva dieta ha comenzado, la visión y el olor de la leche desaparecen rápidamente de nuestra mente.

67 Evesham Road,
Leicester.
24 de Noviembre de 1944
Donald Watson
Texto original en inglés: The Vegan News

18 de junio de 2009

La cuestión del sufrimiento


Enfocarse en la cuestión del sufrimiento de los animales puede suponer que releguemos otros ámbitos que también son moralmente importantes a considerar.

Cuando la cuestión se centra exclusivamente en el tema del sufrimiento algunos pensadores que han tratado la cuestión moral de los animales, como es el caso del filósofo Jeremy Bentham y su discípulo Peter Singer, han considerado que la capacidad de sufrir era la única característica moralmente relevante acerca de los animales no humanos. Lo único que importa es su bienestar. Por tanto, creen aceptable el hecho de utilizar a los animales no humanos para beneficio de los humanos. A la posición bienestarista le parece aceptable usar a los animales siempre que los utilicemos sin infligirles sufrimiento o al menos intentando causarles el menor sufrimiento posible.

Además, tanto Bentham como Singer alegaban que los animales no humanos no tienen conciencia de sí mismos, no tienen identidad propia ni poseen recuerdos del pasado ni tampoco previsión del futuro, así que no cometemos ningún mal utilizándolos como recursos ni tampoco matándolos, porque a ellos realmente no les importa ni pueden tener noción alguna de que les estemos haciendo algún mal con ello. Ellos no reconocen a los animales no humanos como personas y consideran que podemos ir criándolos y reemplazándolos a voluntad para nuestro beneficio: usarlos y matarlos para satisfacer nuestros deseos.

Todas esas creencias acerca de las supuestas carencias mentales de los animales no humanos se han demostrado mediante la investigación científica que son totalmente falsas y meros prejuicios especistas. Puede que algunos animales no humanos no lleguen a desarrollar de manera tan sofisticada sus facultades mentales como nosotros pero se ha evidenciado que las poseen todas igualmente y que la diferencia es sólo de grado, no de clase.

La característica moralmente relevante es la capacidad de sentir. Pero esta facultad incluye muchas experiencias además de la de querer evitar el dolor y el sufrimiento. Los animales, tanto humanos como no humanos, tenemos otros intereses además del de no sufrir: queremos disfrutar de nuestras vidas, de la experiencia de vivir, de la alegría, de la satisfacción de cumplir nuestros deseos y de desarrollar nuestras facultades. La vida consciente es mucho más que intentar evitar el dolor. Los animales son individuos con voluntad e intereses referidos a su propia supervivencia, bienestar y autonomía. Ellos poseen un valor inherente que es independiente del valor instrumental que nosotros les asignemos.

Por todo ello es moralmente inaceptable que coartemos la libertad y la vida de otros animales mediante la explotaciónsobre ellos. Es inmoral que utilicemos como simples medios para nuestros fines —como meros recursos, como propiedades, sometidos así a la condición de esclavos
— porque vulneramos su valor moral inherente por motivos instrumentales. Vulneramos el principio de igualdad al supeditar sus intereses básicos a nuestro capricho y beneficio.

Eso significa que la esclavitud y el asesinato son rechazables y condenables aunque no implicaran, difícilmente, dolor o sufrimiento para los individuos que lo padecen. Tanto si asesinamos a un humano, a un cerdo o una gallina, destruimos a un ser consciente para nuestro beneficio y al matarlos violamos su interés en conserva su existencia y seguir viviendo. Como señala acertadamente la profesora Encarnación Ruiz:

«En el caso de los animales, el dolor no puede ser el único criterio que determine nuestra coexistencia, sino también la valoración de sus intereses.» [La extensión de la comunidad moral en Schopenhauer: la moral de la compasión y el sufrimiento de los animales2007, Encarnación Ruiz Callejón]

Las vacas gritan y lloran cuando las llevan al matadero, al igual que muchos otros animales, y no sólo porque sufran la violencia por parte de los matarifes sino porque saben que las van a asesinar. Ellas no quieren que les causen daño de la misma manera que ninguno de nosotros quiere que lo asesinen. Todos los animales deseamos vivir. Ese deseo, ese interés en continuar existiendo, es moralmente relevante en sí mismo, aparte de la cuestión del sufrimiento.

La activista Lee Hall explica en el siguiente vídeo una aclaración importante: que el propósito central de la ética de Derechos Animales no es reducir el sufrimiento de los animales. Su propósito es liberar los animales de la dominación humana para que vivan y prosperen por sus propios medios en la libertad de la naturaleza.

16 de junio de 2009

Eufemismos



Sacrificio brutal de cerdos en Egipto
"Cerdo manipulado bruscamente, Cairo. Levantar animales grandes de esta manera va contra los lineamientos de la OIE sobre manejo humanitario – lineamientos con los que Egipto estuvo de acuerdo en 2005" © REUTERS/Asmaa Waguih, May 2008

Otra ley sobre "bienestar animal" que no se cumple. ¿Por qué será?

Quizás porque pretender que haya "prácticas humanitarias" dentro de un sistema de explotación que considera a los animales como recursos económicos y que en realidad consiste en una violación constante y flagrante de sus intereses fundamentales [su interés en seguir vivos, su interés en la integridad física, su interés en ser libres] es como prescribir leyes que pretendan que los abusadores de niños no se ensañen con sus víctimas sino que abusen de ellas intentando causarles el menor sufrimiento posible. Es ineficaz y es inmoral.

Ese tipo de enfoque bienestarista, del todo ineficaz e inútil para proteger los intereses de los animales, le está haciendo el juego a los explotadores y parece que se esté burlando de las millones de víctimas diarias torturadas y asesinadas en la explotación animal. El hecho mismo de llamar "sacrificio" a lo que es un asesinato es un eufemismo para disfrazar la matanza de animales.

8 de junio de 2009

VEGANO


Ser vegano no es ser perfecto; es ser básicamente decente con los demás animales. Si no somos veganos entonces no somos decentes con ellos porque los estamos explotando.

El mejor modo que tenemos de ayudar a que se respeten los derechos de los animales es adoptando el veganismo y difundiéndolo de manera educativa. 

Así ayudamos a todos los animales víctimas de la explotación y no sólo a unos pocos. Así incidimos en la raíz del problema, en lugar de limitarnos a intentar reprimir sus consecuencias.