23 de agosto de 2010

Diferencias




Siempre he mantenido en este blog que todo uso de animales no humanos es moralmente incorrecto. Y que no hay diferencias en el motivo por el que son, todos ellos, una injusticia; tanto si es un uso para comer o para vestirnos o para divertirnos a costa de ellos. Hacerles a otros animales algo que nunca quisiéramos que nos hicieran a nosotros es siempre reprobable sin importar el propósito buscado.

Algunas personas me han señalado que ellas consideran que sí habría diferencias relevantes. Ellos afirman, por ejemplo, que es diferente el hecho de comer animales porque hemos sido educados en la creencia de que esto es necesario para poder vivir. En cambio, nadie sensato cree que para divertirse se necesite realmente torturar y matar animales.
 
Esa diferencia es importante, y creo necesario hablar de ella, pero no incumbe concretamente a los intereses de los animales que padecen la violencia. Ése es al nivel al que yo me refiero cuando afirmo que no existen diferencias esenciales.

Ellos sufren y mueren igual sin importarles si se les utiliza para comerlos o para cualquier otro propósito. A ese respecto no hay ninguna diferencia. Desde el punto de vista de la víctima no hay pues diferencia.

Por otro lado, desde un punto de vista puramente objetivo, es igual de innecesario comer animales que divertirse a costa de ellos causándoles daño, sufrimiento y muerte. Desde el punto de vista objetivo de los hechos tampoco hay diferencia.
 

Si la práctica de comer animales se puede catalogar de gastronomía entonces no podría haber ninguna objeción a denominar como arte a la tauromaquia. Tampoco hay diferencia en ese aspecto. Ambas actividades forman parte de la cultura actual.

Aquella diferencia que algunas personas me comentan, entiendo que se refiere a la mentalidad de quienes cometen esos actos de dominación y violencia contra los demás animales. Puede ser que la mayoría de la gente coma animales porque cree erróneamente que lo necesita para sobrevivir, y porque no son conscientes del daño y el sufrimiento en el que participan. Pero no es así en todos los casos. 

Hay muchos individuos que disponen de la misma información que nosotros y a pesar de eso deciden deliberadamente seguir comiendo animales porque consideran que el ser humano es superior y está legitimado en utilizar a los demás animales para su propio beneficio.

Con mayor agravio si cabe, hay animalistas que saben perfectamente  que los seres humanos podemos vivir de manera saludable con una dieta exclusivamente vegetal. A pesar de eso, ha decidido continuar imponiendo sufrimiento y muerte a los animales a través de su consumo alimenticio, sin que haya necesidad de ello. ¿Cómo puede ser que se consideren "defensores de los animales"?

En su libro titulado irónicamente «!Vivan los animales!» Jesús Mosterín intenta justificar que explotemos a otros animales para servirnos de alimento diciendo que: "la alimentación de unos animales a costa de otros es un rasgo de las cadenas tróficas de la naturaleza, que como tal no tiene nada de moral ni inmoral". Mosterín recurre a una burda falacia naturalista para excluir de nuestro consideración moral el hecho de que tratemos a otros animales de una forma que consideramos inaceptable si se tratara de nosotros mismos u otros seres humanos. Por lo que quizás a ese libro le correspondería mejor el título de "!Mueran los animales por nuestro capricho!.

Por otro lado, la idea de que los aficionados a la tauromaquia disfrutan con el sufrimiento de un animal puede ser cierto sólo en parte. Yo recuerdo haber visto por televisión imágenes de corridas de toros hace muchos años y no haber sentido nada especial aparte de cierta perplejidad. Eso fue mucho antes de empatizar con los intereses de los demás animales. La empatía y el reconocimiento moral es un proceso que puede surgir dentro la evolución personal y no siempre es algo que aparece de forma espontánea o instantánea.

Por tanto, podemos suponer que muchos aficionados a esas actividades no son realmente conscientes del sufrimiento de la víctima. No pretendo justificar su conducta sino simplemente constatar un hecho a partir de mi propia experiencia. Hay casos conocidos de ex-aficionados a la tauromaquia por tradición familiar que a partir de una experiencia concreta tomaron conciencia moral y se pusieron en el lugar de los animales. Antes no reconocían a la víctima como alguien que sufre sino como algo con lo que divertirse. 

Me gustaría señalar también que la tauromaquia no es únicamente una actividad que se haga meramente por diversión, como si se tratara de un simple juego. Es más que eso. Es una tradición festiva que simboliza el dominio del ser humano sobre el resto de animales. Es, en realidad, un ritual muy serio para quienes participan por él, por ridículo y absurdo que nos pueda parecer desde fuera. 

Del mismo modo, comer animales no se hace solamente por una supuesta necesidad sino también para participar en la supremacía humana sobre el resto de animales. Nuestra práctica de comer animales es también un ritual de violencia y dominación.

A pesar de todo, desde el punto de vista ético, ningún fin justifica moralmente un medio. No importa cual sea el fin. Los medios deben ser igual de justos que los fines. Hacer sufrir y matar a alguien para comerlo es igual de inmoral que hacerle sufrir y matarle para divertirte. 

Así que teniendo en cuenta en que comer animales no es necesario para vivir, la única justificación para hacerlo es el placer que se obtiene de ello. Luego podemos ver que no existe esa diferencia radical entre utilizar animales nohumanos para diversión o utilizarlos para comida.

En conclusión, podemos afirmar que quien sepa lo que ocurre en las granjas y en los mataderos, y aun siendo consciente de que los demás animales sienten y sufren como nosotros decida ignorar o rechazar el veganismo, entonces esa persona se comporta moralmente igual que aquellos que disfrutan torturando y matando animales indefensos con sus propias manos.

4 comentarios:

  1. Excelente "posting", Luis, felicidades!

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  2. Me alegra mucho que te haya gustado.

    Gracias por tu apoyo.

    !Un saludo!

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  3. Stefania Muñoz08 marzo, 2011

    Primeramente quisiera felicitarlo por este blog y expresarle mi profunda admiración. Para mí el encontrarme con este sitio fue hallar una herramienta fundamental en la defensa de mis ideales, ideales que no muchos entienden y que de hecho para otros son hasta aberrantes.
    Le saludo desde Ecuador, donde se ha iniciado una fuerte campaña antitaurina, con pretexto de una consulta popular para la erradicación de las corridas de toros del país.
    Bajo este contexto se han dado varios debates, y personalmente me he visto en la obligación de defender desde el tema de la liberación animal hasta mi veganismo.
    Con esta introducción quisiera llegar al motivo de mi correo, que es el pedirle que me asesore en temas que no he podido defender con las posturas adecuadas, por ejemplo el tema muy puntual de un caso en concreto con el q me tuve que enfrentar: en mi país se crían para consumo conejillos de indias, este animalito es criado principalmente por indígenas muy pobres, ellos mismos los matan y se los comen. Me presentaron la posibilidad de un campesino muy pobre que no tiene nada para comer más que a ese animal y por su falta de recursos se lo tiene que comer. Pero personalmente no justificaría ni la muerte de ese animal ni mucho menos la forma en que se lo mata, que está por demás decir que es atroz y bastante cruel, por más que la vida del ser humano este en riesgo en esa caso. Pero esa es una apreciación muy personal que no se puede usar en un debate de este tipo.
    Por otro lado se me ha presentado con bastante frecuencia, mucho menos polémica que la anterior, una pregunta que hace referencia al consumo de soya. La esencia de esta pregunta es que con el consumo de alimento que se fabrican como monocultivo se está haciendo el mismo daño a los hogares de esos animales, que se les haría si por ejemplo se talara un bosque.
    Muchísimas gracias por su atención y su paciencia al responder mis interrogantes.
    Nuevamente felicitaciones por la creación de este blog y gracias por ello.
    Saludos desde Ecuador.
    Atte.: Stefania Muñoz

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    1. Hola, Stefania.

      Disculpa por haber tardado tanto en responder, pero en su momento, no sé por qué razón, me pasó inadvertido tu mensaje.

      Respecto de la primera cuestión que me planteas; puedo decir que la supervivencia no justifica moralmente que utilicemos a otros animales como comida. ¿Acaso justificaría que utilizáramos a seres humanos como comida? Ellos no tienen la culpa de que nosotros estemos en ese situación. Si alguien no puede vivir en el lugar en el que se encuentra sin utilizar a otros animales entonces debería emigrar a otro lugar. Tal y como han hecho millones de seres humanos a lo largo de la historia.

      Francamente, me resultaría muy extraño que en condiciones normales alguien no pueda vivir sin utilizar a otros animales. Desconozco los detalles del caso concreto que me comentas, pero exceptuando que el caso de que alguien se encontrara aislado en una zona plenamente desértica, no concibo ninguna circunstancia que nos impida vivir sin usar a otros animales como comida.

      Respecto del tema de la soya (o soja); lo cierto es que su cultivo causa daños indirectos a otros animales. Eso es cierto. Aunque no es diferente de lo que ocurre en la mayoría de los cultivos agrícolas, tanto intensivos como extensivos. Aunque esto no es comparable con el hecho de esclavizar animales nohumanos o de consumir productos de origen animal. Porque no implica utilizarlos ni son daños que nosotros causemos de forma deliberada.

      Desde mi punto de vista, la cuestión en la que nos debemos centrar es el uso de los animales nohumanos y su condición de propiedad o recursos de los humanos. Hay otros problemas morales, cierto, pero sólo cuando consigamos desafiar y replantear aquella cuestión, podremos conseguir afrontar otras cuestiones mucho más complejas como son los daños indirectos que causamos.

      Para empezar a respetar a los seres humanos, tuvimos que abolir la esclavitud y reconocer que todos los humanos eran personas. La situación no es diferente en lo que concierne a los otros animales.

      La cuestión es que si no conseguimos cambiar la mentalidad de la gente, entonces nada va a cambiar. Por eso es tan importante el veganismo: incorporar el principio del veganismo a nuestra propia vida, y difundir el veganismo educativamente. Esto es lo más fundamental y prioritario para conseguir un cambio real, y justo, en nuestra relación con los demás animales.

      Espero que estas reflexiones te puedan resultar de utilidad. Estoy siempre a tu disposición para cualquier cosa en la que te pueda ayudar. Y te pido disculpas de nuevo por la tardanza en responder.

      Un saludo.

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