8 de octubre de 2012

La tauromaquia


«En primer lugar, el que algo —una fiesta, una costumbre, una organización social— sea tradicional no basta para justificarlo. A este tenor, cabría abogar por toda clase de estupideces y majaderías fundándose en que están sancionadas por la tradición. En segundo lugar, lo que se llama tradición es cosa muy discutible. En cualquier comunidad un poco desarrollada culturalmente no hay sólo una, sino varias tradiciones. Tercero, se proclama a menudo que algo es tradicional porque arranca de un pasado juzgado remoto —aunque pueda ser relativamente reciente. Los conservadores, por ejemplo, defienden lo que llaman la tradición, pero en verdad lo que defienden es un modo de ser, un modo de actuar, un modo de organizarse, etcétera, que surgieron en algún momento de la historia y que en aquel momento no eran en modo alguno tradicionales, sino nuevos —y hasta revolucionarios.» José Ferrater Mora


Si se le pregunta a un animalista o a un antitaurino qué es la tauromaquia lo más probable es diga 'tortura' para calificarla.

Sin embargo, el término 'tortura' solamente se refiere al hecho de infligir deliberadamente un sufrimiento a la víctima, pero a la tauromaquia no se le puede aplicar, apropiadamente hablando, el concepto de tortura —causar sufrimiento a un individuo con el deliberado propósito de causarlo para obtener un beneficio a su costa— puesto que el objetivo principal de la tauromaquia no es la intención deliberada de provocar sufrimiento.

La finalidad de la tauromaquia es la misma que la de cualquier otro uso de animales: obtener un beneficio para los humanos; satisfacer un deseo o conseguir un propósito, sin el consentimiento de los animales utilizados para ello y a costa de de dañar su libertad, su salud y su vida.

La existencia de la tauromaquia, al igual que el resto de la explotación animal, no se explica en base a que los humanos sean crueles por naturaleza —a pesar de que hay casos de individuos que sí lo son— sino al hecho de haber sido educados de manera especista y así haber asumido la creencia que que utilizar a un animal es algo totalmente normal y aceptable para conseguir ciertos fines: alimento, vestimenta, diversión.

La tauromaquia es un ritual, en donde se escenifica y celebra la dominación y pretendida superioridad del ser humano sobre los demás animales. El hombre como amo y señor del resto de animales. En la práctica no es diferente de lo que ocurre en los mataderos a puerta cerrada.

Si esto se hiciera lo mismo con seres humanos se consideraría un asesinato. Pero como las víctimas no son humanas se las discrimina de la consideración moral, a pesar de que los otros animales son seres capaces de sentir, y tienen deseos y voluntad propia.

La tauromaquia es un ejemplo público de nuestra relación con los demás animales: una relación basada en la explotación, en el sometimiento de quienes son más débiles o no pueden defenderse. Los usamos como recursos y productos, ignorando que ellos no son objetos sino que son individuos que sienten y tienen intereses.

Igual que en el pasado discriminamos y explotamos a otros humanos sólo por no ser de nuestra raza [racismo] en la actualidad seguimos discriminando y explotando a otros animales sólo por no ser de nuestra especie: especismo.

En ambos casos nos basamos en características irrelevantes, e ignoramos los deseos y el sufrimiento de las víctimas. Les negamos el mismo respeto que deseamos para nosotros mismos por el mero hecho por ser diferentes en características que no tienen que ver con la capacidad de sentir o por no tener un aspecto parecido al nuestro.

¿Realmente como individuos agrupados en sociedad hemos progresado moralmente o sólo hemos sofisticado nuestras prácticas ancestrales? Aparte de los graves enfrentamientos entre seres humanos; seguimos explotando a los demás animales para nuestros fines. Seguimos matándolos para comer sus cuerpos o para vestirnos con trozos de su piel, o nos entretenemos a costa de ellos mediante el sometimiento o la agresión.

En lo que respecta a la consideración de los demás animales —que aunque no sean humanos experimentan sensaciones, emociones, deseos y tienen voluntad propia— apenas hemos evolucionado y progresado desde hace miles de años.

Sin embargo, también es un hecho que podemos cuestionar y cambiar la inercia especista en la que vivimos y hemos sido educados. Podemos, y debemos, respetar a los demás animales. Ese respeto empieza necesariamente en el veganismo.

No tenemos ninguna necesidad de usar a otros animales para poder vivir, estar sanos y disfrutar de nuestra vida. Y no tenemos justificación ética que nos legitime para hacer a otros lo que no querríamos que nadie nos hiciera a nosotros. Veganismo significa reconocer a los individuos no humanos como personas y no como objetos. Es el respeto básico que todos deseamos para nosotros mismos.

El hecho de que la tauromaquia no sea moralmente diferente de cualquier otro uso de animales no humanos implica que no tiene justificación que nos centremos en denunciar sólo la tauromaquia e ignoremos el resto de la explotación animal.

La forma correcta y efectiva de abolir la tauromaquia, y toda forma de explotación animal, consiste en ir a la raíz del problema: la mentalidad especista que considera que los demás animales son seres inferiores que existen para nuestro beneficio. Esto es lo que permite y motiva nuestra violencia contra ellos.

Mientras no consigamos que este paradigma moral especista que impera en nuestra sociedad sea cuestionado y rechazado, no conseguiremos evitar que sus consecuencias se sigan sucediendo.

4 comentarios:

  1. http://descabellos.blogspot.com.es/2015/09/no-duele-es-arte.html

    La parte interesante del articulo es en la que expone estudios cientificos acerca del dolor del toro.
    Creo que se puede afirmar que durante una lucha, un combate, el dolor se ve atenuado por hormonas que inhiben, desactivan o anulan los nociceptores.

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    1. Quieres decir que está bien que te utilicemos y te matamos para divertirnos si se demuestra que tu dolor se ve "atenuado" por efecto de las hormonas durante la acción.

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  2. Parece ser que llamar a las cosas por su nombre no es políticamente correcto

    Tortura según la RAE:
    3. f. Dolor o aflicción grande, o cosa que lo produce.
    O sea q viene siendo correcto aplicar tortura al daño q sufre el animal en los circos roma... Digo.. plazas d toros.

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    1. La RAE también define a las mujeres como "el sexo débil". ¿Y qué? La RAE simplemente recoge los usos que los hablantes hacen de las palabras, pero el solo hecho señalar una definición no equivale a establecer un argumento razonado.

      No se trata de una cuestión de "correción política"; se trata de utilizar los términos correctamente para comprender y concienciar sobre la situación de los animales.

      Cuando hablamos de "tortura" nos referimos a un tipo de acción que implica causar un dolor intenso de forma deliberada a un individuo para lograr un propósito con ello. Así, la tauromaquia no podría ser clasificada correctamente como "tortura" desde esta perspectiva, porque su propósito implícito no es el de provocar dolor. Así que al calificarla de tortura estarías dando argumentos a los defensores de la tauromaquia, que pueden alegar justamente que la tauromaquia no es tortura por dicha razón.

      Ahora bien, si hablas de "tortura" en forma retórica para referirte a cualquier acción que conlleve un dolor intenso entonces también estás dando argumentos en favor de los defensores de la tauromaquia, porque si la tauromaquia debe ser condenada por provocar un dolor intenso entonces cualquier acción que provoque un dolor intenso debería ser condenada igualmente, pero nadie estaría de acuerdo con eso. En esa categoría se podría incluir toda clase de deportes, trabajos y actividades que conllevan un dolor intenso. ¿Vamos a condenar la halterofilia porque practicarla conlleva a sus participantes sentir un dolor intenso? No tiene sentido.

      Por supuesto, alguien podría alegar que el problema de la tauromaquia es que causa sufrimiento a unos animales que no han decidido participar voluntariamente en dicha actividad. Claro, pero entonces el problema moral de la tauromaquia ya no está en el hecho de que provoque dolor sino que está en el hecho de coaccionar a un animal para obtener un provecho de ello. El problema es utilizar a alguien que no ha consentido para ello, aparte del daño y sufrimiento que se le inflige.

      Hay argumentos morales para condenar razonadamente la tauromaquia, pero calificarla como "tortura" no es uno de ellos.

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