28 de septiembre de 2010

La tortura de la explotación animal


Hoy me gustaría comentar acerca del uso impreciso y generalizado que se hace de la palabra "tortura", dentro del contexto referido a la explotación animal.

Tortura significa infligir un sufrimiento con el objetivo deliberado de causarlo. Pero no es ése el caso general de la explotación animal. No se hace sufrir a los animales porque se pretende deliberadamente hacerles sufrir. No es ése el objetivo, sino una consecuencia de su explotación.

La gran mayoría de los animales esclavizados y agredidos sufren su explotación como si fuera una tortura (sufrimiento intenso y permanente). Pero eso no deja de ser una forma metáforica de hablar.

Utilizando de ese modo la palabra "tortura" los partidarios de la explotación animal pueden perfectamente defenderse diciendo que ellos no tienen la intención de torturar a los animales, y cuestionar el mensaje que tratamos de dar.

Porque la cuestión no es que los animales sufran una tortura. La cuestión esencial es que se les utilice y se les agreda. Nadie puede negar seriamente que se está utilizando a los animales, que se les está explotando. Nadie puede negar objetivamente esos hechos. Y eso es lo que debemos denunciar y acerca de lo que debemos concienciar.

Todo el sufrimiento que padecen los animales por causa de su utilización es igualmente inmoral en sí, sin importar su grado. Está claro que es mucho peor cuanto más se sufra. En general, todos queremos sufrir lo menos posible, especialmente en situaciones que no nos beneficien. Pero cualquier sufrimiento por pequeño o grande que sea es siempre igualmente inmoral si proviene de un acto inmoral.

23 de septiembre de 2010

La capacidad de sentir: algunas aclaraciones




«Los animales son vivientes sensitivos. No sólo tienen vida, sino que la sienten en alguna medida.» Juan José Sanguineti

La capacidad de sentir es la única característica que debe poseer otro individuo para ser merecedor de consideración moral.

Sin embargo, la capacidad de sentir no es equivalente "la capacidad de sufrir y disfrutar". Ésta sería una definición reduccionista y errónea, difundida por los bienestaristas —a quienes sólo les importa el placer y el dolor. El sufrimiento y la felicidad sólo algunas de las sensaciones que experimenta un ser sintiente, entre otras muchas.

Dentro del ámbito animalista, la definición de la capacidad de sentir se ha visto profundamente influenciada por el utilitarismo de Jeremy Bentham quien fue también el primer pensador moderno que incluyó en la consideración moral a los animales no humanos. Bentham pensaba que a los demás animales sólo les importaba evitar el sufrimiento —y disfrutar del placer. Por eso dijo: que «la pregunta no es, ¿pueden razonar? ni ¿pueden hablar?, sino, ¿pueden sufrir?»

Esa caracterización errónea acerca de la capacidad de sentir de los animales, que pone un énfasis reduccionista en el sufrimiento, es un lastre que todavía seguimos soportando en el movimiento por la consideración moral de los animales. La capacidad de sentir no se reduce ni equivale a "la capacidad de sufrir y disfrutar" —como suelen señalar los autores bienestaristas. Otra cosa es que a los bienestaristas sólo les importe el dolor y el placer y transfieran esa obsesión sobre los demás animales, a pesar de que la ciencia nos explica que la sintiencia engloba toda clase de sensaciones, emociones y deseos, más allá del simple placer y dolor.

Una definición apropiada de sintiencia —la capacidad de sentir— podría ser la siguiente:

La capacidad de sentir es la capacidad de tener experiencias subjetivas [sensaciones, emociones, deseos, sentimientos] y de tener intereses —como el interés fundamental en continuar existiendo y evitar el daño.

La propia actividad de nuestro sistema nervioso central es el fundamento fisiológico de la sintiencia. De esa actividad proviene nuestra capacidad de experimentar sensaciones y de tener intereses.

Mientras nuestro sistema nervioso no sea gravemente dañado, esa actividad nunca cesa, por lo tanto nuestra capacidad de sentir y lo que se deriva de ella [sensaciones e intereses] sigue intacto aunque estemos dormidos o inconscientes.

Acerca de la certeza sobre la capacidad de sentir de los demás animales existen estudios científicos avalados por numerosas pruebas y evidencias.

La cuestión no es si pueden hablar, o si pueden razonar, ni tampoco si pueden sufrir. La cuestión es si pueden sentir.

9 de septiembre de 2010

No me alimento de cadáveres de animales pero no soy vegetariano




Yo no me alimento de cuerpos provenientes de seres con la capacidad de sentir; pero no soy vegetariano.

Imaginemos que hay una palabra que unas personas han creado para sí mismas para referirse a la práctica de no agredir a los niños durante los días que caigan en lunes. Esas personas pretenden llamarse a sí mismas "X". ¿Sería yo un X?

Bueno, yo rechazo agredir a los niños siempre, bajo cualquier circunstancia. Por ese motivo, obviamente, no les agredo los lunes. En cierto sentido, supongo que entro en la descripción de un X. Sin embargo, no soy un X. 

Nunca diría: "Soy un X". Y si alguien me preguntara: "Oye, ¿tú eres un X?", yo nunca respondería: "Sí, soy un X pero tampoco agredo a los niños de martes a domingo." En lugar de eso, yo diría: "Mira, no, no soy un X. No tengo nada que ver con los X. Sus razones para no agredir a los niños en los lunes no tienen nada que ver con mis razones para no agredir a los niños ningún día. Y aunque, al igual que ellos, tampoco agredo a los niños en los lunes, no soy un X."

El término "vegetariano" fue creado para denominar la práctica de no comer cuerpos de animales. Yo no consumo cuerpos de animales, entonces ¿soy por tanto un vegetariano?

Bueno, yo rechazo tratar a otros seres dotados de sensación como si fueran objetos o recursos. Por tanto, no consumo cuerpos provenientes de seres con capacidad de sentir. En cierto sentido, supongo que encajo con la descripción de vegetariano. Sin embargo, no soy vegetariano. 

Nunca diría: "Soy vegetariano". Si alguien me preguntara: "Oye, ¿tú eres vegetariano?", yo nunca le respondería: "Bueno, sí, soy vegetariano pero tampoco uso miel, lácteos, huevos, etc.." En lugar de eso, yo diría: "Mira, no, no soy vegetariano. No tengo nada que ver con los vegetarianos. Sus razones para no comer cadáveres de seres con capacidad de sentir no tiene nada que ver con mis razones para no utilizar a seres sintientes. Por tanto, aunque coincido con los vegetarianos en el hecho de no como cadáveres de seres con capacidad de sentir, no soy vegetariano."

Supongamos otra analogía: decir que los veganos somos vegetarianos simplemente porque no comemos carne animal es exactamente análogo a decir que los veganos somos musulmanes porque los musulmanes rechazan comer cerdo y los veganos, en efecto, también rechazamos utilizar a los cerdos para servirnos de comida. ¿No resulta evidente el absurdo? El error reside en una falacia de asociación.

Además, el vegetarianismo es un tipo de dieta y el veganismo es una ética. Pertenecen a categorías distintas. Por tanto, ni siquiera se pueden englobar correctamente en un mismo conjunto.

No uso los cuerpos de seres sintientes como alimento, pero no soy vegetariano ni un tipo de vegetariano. Soy vegano.