14 de marzo de 2016

«Mensajes Animalistas Adaptados A Quienes Causan El Daño»




En este nuevo artículo del profesor y psicólogo Casey Taft —en consonancia con sus anteriores publicaciones— se denuncia un problema muy presente dentro del activismo animalista, a saber: que los principales grupos animalistas se han convertidos en negocios que sólo buscan adaptar su mensaje para hacerlo más cómodo a la sociedad en general con la principal intención de conseguir socios y dinero, ignorando aquello que es justo y efectivo para conseguir la liberación de los animales no humanos. 

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«Mensajes Animalistas Adaptados A Quienes Causan El Daño»

Casey Taft

Noviembre 2015

Hace poco estuve charlando con un activista muy conocido que está ligado a la gente que dirige las grandes organizaciones animalistas, y discutimos acerca de que estos grupos están animando a la gente a hacerse vegetariana o a reducir el consumo de animales [reducetarianismo] en lugar de promover el veganismo. Él me contó algo que yo sabía ya de forma intuitiva aunque nunca lo había asimilado completamente: estas organizaciones conciben su mensaje basándose en técnicas de marketing [mercadotecnia]. En otras palabras, a la hora de determinar cual sería la mejor manera de conseguir que la gente deje de explotar a los animales, le preguntan a la gente cómo debemos adaptar nuestro mensaje a su gusto.

Pensemos un momento sobre esto y preguntémonos a nosotros mismos cómo parecería eso en cualquier otro movimiento social de justicia. ¿Pensamos que el movimiento Black Lives Matter realiza sus campañas en alianza con los racistas para ver como terminar con la injusticia racial? ¿Los grupos feministas preguntan a los machistas sobre cuál es la mejor manera de terminar con el patriarcado y la violencia contra la mujer? !Por supuesto que no! Es absurdo preguntarles a los opresores sobre cómo debemos actuar para conseguir que terminen con la opresión.

Por supuesto, cuando preguntamos a no-veganos sobre cómo debemos realizar nuestro activismo, nos dirán que sólo debemos pedirles que reduzca su consumo de productos animales. Ellos prefieren que no hablemos de veganismo porque eso les hace sentir incómodos. Esto es por lo que las grandes organizaciones animalistas están promoviendo el reducetarianismo y el vegetarianismo en lugar del veganismo. Adaptan su activismo deliberadamente para no molestar a quienes son sus potenciales donantes de dinero y que necesitan para sufragar sus salarios y los gastos de su organización.

Nosotros no debemos dejar de promover el veganismo para promover el vegetarianismo o el reducetarianismo sólo porque esto le resulte más confortable a la gente. La comodidad no conduce al cambio que necesitan los animales. Necesitamos que el mayor número de gente salga de su zona de confortabilidad para que comprendan y rechacen la injusticia que infligimos sobre los animales al usarlos y abusar de ellos. Los animales no humanos necesitan justicia y que dejemos de utilizarlos; no necesitan publicistas del marketing que ayuden a los opresores a sentirse más cómodos cometiendo su injusticia.

Hagamos el siguiente experimento mental; sólo para veganos. Recuerda aquel tiempo antes de que fueras vegano; cuando el drama que padecen los animales nohumanos estaba fuera de tu radar. Quizás ignorabas por completo lo que les sucedía o quizás simplemente te faltaba algo de información y conciencia. Ahora imagina que una gran organización animalista aleatoriamente entrara en contacto contigo, pidiéndote que les ayudes a liderar una campaña bien financiada para terminar con la explotación de los no-humanos. ¿Crees que estarías cualificado para liderar semejante iniciativa? ¿O piensas que tu actual yo, siendo ya vegano con una perspectiva diferente, estaría más preparado para esa tarea? Obviamente estamos mejor preparados para elaborar un mensaje de derechos animales cuando tenemos nociones conceptuales sobre la injusticia que padecen los animales.

Tendríamos un mayor éxito en conseguir que la gente se haga vegana si discutimos las implicaciones de lo que les hacemos a los animales; y el argumento ético es el más sólido con diferencia. Los grandes grupos animalistas que cuentan con una considerable cantidad de recursos y de seguidores están diciendo que debemos pedirle a la gente que reduzca —en lugar de que elimine— su explotación, diluyendo así nuestro mensaje vegano colectivo sobre justicia social y menoscabando el argumento ético. La mayoría está asimilando la idea de que la explotación animal está bien si se realiza de forma moderada, y que la mejor manera de conseguir un mundo vegano pasa por no hablar de veganismo. Debemos saber que el origen de este erróneo enfoque sobre el activismo procede de esos grupos animalistas que se alían con los explotadores.

Nuestro movimiento no debe estar guiado por las preferencias de quienes no desean acabar con la explotación de los animales. Eso podría ayudar a conseguir dinero para las grandes organizaciones por parte de quienes no quieren que les pidamos que se hagan veganos, pero ciertamente esto no trae nada bueno para los animales no humanos. Ya es hora de que nuestro movimiento afronte el uso de los animales como un problema social de justicia.


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En línea con lo expuesto por el profesor Taft, quisiera añadir que lo que los grupos bienestaristas denominan "activimo eficaz" quiere decir en realidad: "hacer lo más efectivo para conseguir socios y dinero para nuestra organización". Así traduzco la retórica de estos grupos. Su propósito no es cambiar la sociedad hacia un nuevo paradigma moral animalista sino integrarse ellos mismos en la sociedad para poder vivir de su actividad mediante la recaudación de dinero, sin cuestionar ni oponerse al especismo y la explotación animal.

Esta polémica ha surgido porque los bienestaristas están tratando de tergiversar y anular el veganismo —alegando que promover el veganismo no es eficaz para ayudar a los animales— dado que la ética del veganismo se opone a sus propios objetivos en favor de seguir explotando a los demás animales para "reducir el sufrimiento".

Como ya explicó el profesor Taft en ensayos anteriores la supuesta "efectividad" de la que tanto hablan los bienestaristas no tiene evidencia objetiva que la avale como tal. Ni tampoco tiene nada que ver con la ciencia pero sí que tiene mucho que ver con el marketing y las técnicas de venta usadas por las empresas en publicidad. Los grupos bienestaristas se organizan como empresas que venden un producto y la principal intención de sus integrantes es ganar dinero para poder vivir de su actividad.

Los bienestaristas dicen que son "veganos" porque supuestamente no consumen animales pero no reconocen el veganismo como un principio moral ni aplican el veganismo a su activismo. Además, a menudo tratan de atacar el activismo vegano descalificándolo de "ideológico" o "ineficaz", cuando la posición bienestarista no es menos ideológica que cualquier otra visión moral del mundo ni su forma de plantear el activismo ha demostrado ser más eficaz.

Un activista vegano trata de difundir el veganismo de la forma más eficaz dentro de los límites de la ética. En cambio a un bienestarista no le importa la ética; sólo le importa lograr su objetivo de "reducir el sufrimiento", y por eso promueve iniciativas como el "lunes sin carne", que en realidad sólo consiguen que la gente se sienta más cómoda al consumir explotación animal. Aunque a veces erróneamente llamen "ética" a su obsesión personal contra el sufrimiento, no tiene nada de ético pretender que uno puede hacer lo que le dé la gana simplemente por alcanzar un objetivo, por muy supuestamente loable que fuera tal objetivo.

El análisis del profesor Taft demuestra que la eficacia no estaría reñida con la ética y que ambas son compatibles. Debemos esforzarnos por buscar y aplicar los métodos más efectivos para lograr una concienciación social cada vez más amplia, pero siempre ajustándonos a un criterio ético. Decir que algo es efectivo para conseguir una fin —incluso aunque se tratara de un fin bueno— no lo hace necesariamente justo ni aceptable.

Si la forma más efectiva de hacer desaparecer la explotación animal fuera aniquilar toda la vida sintiente del planeta, esta medida no sería ética ni aceptable, aunque su finalidad sea loable. Sé que algunos bienestaristas estarían de acuerdo en esa medida. Creer que todo defendemos "lo mismo" o que estamos en "lo mismo" es un error. Dentro del ámbito animalista coexisten distintas posiciones morales que pueden no ser compatibles entre sí. Aclarar este punto me parece muy relevante, y es quizás el único defecto que le podría achacar al análisis del profesor Taft, quien parece asumir la idea de que todos somos animalistas con una misma base moral, cuando esto no es así.

Si podemos entender la esencial diferencia entre el antropocentrismo y la filosofía de los Derechos Animales —y que ambas posiciones no se pueden compatibilizar— entonces también podemos comprender igualmente que existe una profunda y radical distinción entre el bienestarismo y el veganismo; y que ambos están en constante oposición. De ahí que surjan tantas discusiones entre activistas que supuestamente "defienden lo mismo" cuando en realidad no defendemos lo mismo.

Debemos decidir si vamos a apoyar a esos grupos bienestaristas corporativos que buscan su propio beneficio o si preferimos apoyar el activismo de base y ayudar a que el veganismo se convierta en un verdadero movimiento social de justicia.