8 de mayo de 2018

El lenguaje como instrumento de represión



La organización española OCU [Organización de Consumidores y Usuarios] ha manifestado su apoyo público a una reciente medida legislativa aprobada en Francia para prohibir que productos comerciales elaborados a base de vegetales pueden denominarse con términos tradicionalmente reservados a productos elaborados con sustancias de origen animal, tales como "queso", "filete", "chorizo" o "salchicha".

La excusa alegada para esta prohibición es evitar "prácticas engañosas" o la "confusión" de los productos vegetales con los productos animales. Sin embargo, ese argumento es rematadamente absurdo. Ninguna empresa que vende salchichas vegetales pretende hacer creer a los consumidores que está vendiendo salchichas cárnicas. Ninguna empresa que vende leche de soja pretende hacer crer que vende leche de vaca. Al contrario, los productos etiquetados como aptos para veganos especifican de manera muy clara que son vegetales. Por desgracia, parece que los legisladores ni siquiera necesitan demostrar la veracidad de los argumentos que promueven sus iniciativas. Curiosamente, el diputado promotor de esa iniciativa es ganadero de profesión. ¿Casualidad?

No hay lugar a confusión cuando el etiquetado señala explícitamente que son productos vegetales, como así sucede habitualmente. La tesis de la supuesta confusión no se sostiene de ninguna manera. En mi opinión, la motivación de esta medida es puramente represiva. Es sólo una absurda prohibición para intentar dificultar la expansión del veganismo. Como no pueden impedir que la gente se haga vegana entonces intentan dificultar en todo lo posible la difusión del veganismo con medidas represivas y absurdas. Parece que determinados sectores de la sociedad están irritados con el veganismo. Además de que no se les permite explotar a seres humanos, ahora resulta que existe la posibilidad de que en el futuro tampoco les permitan que exploten a los animales. !Habrase visto!

Ni siquiera el argumento de que determinados términos están reservados exclusivamente para productos de origen animal tiene sentido. Si consultamos el diccionario de la RAE comprobaremos que señala que el término «carne» en su cuarta acepción lo define como "parte de un fruto o de un tubérculo, generalmente blanda, que está bajo la cáscara o la piel." Así, sería perfectamente lícito con la tradición lingüística hablar de carne vegetal y, de este modo, todos los productos elaborados con carne  animal [salchichas, chorizo, filetes,...] pueden ser elaborados en una versión con carne vegetal.

De la misma manera, el término «leche» en su tercera acepción lo expresa como "jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas. Leche de coco, de almendras.". Por tanto, no contradice el lenguaje tradicional hablar de «queso vegetal» puesto que, según registra la RAE, un queso es un "producto obtenido por maduración de la cuajada de la leche con características propias para cada uno de los tipos según su origen o método de fabricación." Esto significa que, dentro de los propios parámetros del lenguaje actual, resulta correcto usar esos términos para referirnos a productos elaborados con vegetales.

En cualquier caso, las definiciones no tienen por qué ser monolíticas y pueden cambiar, y cambian de hecho, según el uso de los hablantes a lo largo de la historia.

¿Por qué llamamos filetes, salchichas y hamburguesas a productos que no llevan carne animal? Bien, eso es como preguntar que por qué llamamos zapatos a un calzado que está hecho con material vegetal o sintético en lugar de estar hecho con piel. Los zapatos siguen siendo zapatos aunque no contengan piel. Las salchichas y los filetes y las hamburguesas siguen siendo salchichas y filetes y hamburguesas aunque estén hechos con carne vegetal.

Imaginemos que hubiéramos vivido en una sociedad que aceptara el canibalismo pero que reconociéramos que no está bien utilizar a seres humanos de comida. Si las salchichas, o las mortadelas, o los chorizos, o las morcillas, se hubieran estado elaborando con carne humana entonces habría que sustituir esa carne por otra cosa, pero seguirían siendo igualmente salchichas, mortadelas, chorizos, o morcillas. Del mismo modo, podemos seguir disfrutando de todos esos productos sustituyendo las sustancias de origen animal por otras de origen vegetal.

Si decidimos rechazar la explotación de los animales no tenemos por qué rechazar determinados sabores o determinadas texturas o determinada forma de presentar una comida. Lo único a lo que renuncia el veganismo es a la explotación animal. Siendo veganos no tenemos que renunciar a alimentarnos ni a disfrutar de la comida. Todas nuestras necesidades vitales pueden ser satisfechas sin utilizar a los animales.

3 comentarios:

  1. Curiosamente desde la OCU, pese a sus aspiraciones como lexicógrafos, apoyan esas restricciones pero no ponen el grito en el cielo cuando en los supermercados españoles, por ejemplo, es imposible encontrar alioli sin huevo (allioli significa literalmente 'ajo y aceite') o resulta complicado ver horchata sin lactosa o proteína láctea.

    Precisamente con la horchata podemos ver el uso de un mismo término para denominar bebidas elaboradas a base de diferentes productos: su origen etimológico hordeata significa 'hecha con cebada', en España casi sólo se asocia con la hecha a partir de chufa valenciana (aunque en otras zonas del Este es tradicional la de almendra) y en América, donde la chufa es desconocida, se hace mayoritariamente con arroz (o, sobre todo en el Caribe, con ajonjolí).

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  2. Hola, ojala puedas ayudarme con esta duda que se me planteo. Lei ya muchos argumentos sobre consumir salchichas, hamburguesas que imitan el sabor de la carne animal: que es cuestion de costumbre, que no hace falta abandonar el sabor que en realidad es dado por los condimentos, que la mayoria no deja el veganismo porque la carne animal sea fea si no porque quiere comer lo mismo pero sin matar.
    El tema es el siguiente: El origen de esos platos parte de la violencia. Por mas que un chancho no tenga forma de jamon, el origen del jamon sigue siendo la matanza. El ejemplo que me dieron es el siguiente: En un futuro se podria inventar una especie de escenario en donde se haga alguna accion (comer, jugar, etc) en la que no se dañe a nada ni a nadie pero que en el pasado era una practica terrible que involucraba violencia, daño y muerte, solo que en ese escenario la parte violenta ya no es necesaria para conseguir eso, pero se remite. El ejemplo exacto que me dieron es la de los robots o muñecas inflables que se usan en la actualidad. Yo conteste que el ejemplo no es muy valido porque ahi se esta interactuando de la misma forma que se hace en la realidad (suponiendo que sea violenta) pero un vegano para comer un jamon no simula en ningun momento la accion de matar o dañar a otro ser. Aun asi, lo que representa ese jamon, su origen, sigue intacto.
    Que pensas de eso? disculpa si no fui clara.

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    1. Hola, Giuliana.

      Yo no considero que haya ningún problema moral en el hecho de consumir productos vegetales que de alguna manera se parezcan o imiten los productos de origen animal.

      Mucha gente cuando consume productos de origen animal ni siquiera piensa en los animales; ni siquiera piensa en que está comiendo una parte del cuerpo de un animal o una secreción corporal. Sólo piensa en el sabor y nada más. ¿Cuál es el problema con que haya productos que tienen un aspecto, textura y sabor muy parecidos a los productos de origen animal que son populares entre mucha gente? Si no implican utilizar animales entonces no veo que pueda haber una reprobación moral desde una perspectiva vegana. Un sabor es sólo eso: un sabor. En sí mismo no puede implicar nada malo. Otra cosa es que se pretenda justificar la explotación de animales apelando a un sabor y ciertamente un sabor no justifica infligir daño sobre otros.

      Veganismo es la oposición a la explotación de los animales. Es un principio ético que rechaza que los animales sean tratados como medios para los fines humanos. Por tanto, si el producto en cuestión no demanda instrumentalizar animales para su elaboración entonces cumple con el criterio vegano. Así que consumir esta carne vegetal sería del todo compatible y coherente con el veganismo. Aquello que no implica explotar animales no es contrario al veganismo. El sentido del veganismo es abolir la explotación animal y si estos productos no implican utilizar animales, y facilitan la transición a una vida vegana, entonces son bienvenidos.

      No sé si está reflexión te resulta de alguna utilidad, pero es básicamente lo que pienso al respecto.

      Un saludo.

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