9 de marzo de 2013

Ciencia y especismo: la necesidad no genera legitimad moral


«Que una acción sea 'necesaria' para conseguir un objetivo, incluso un objetivo muy valioso, no implica en sí mismo que sea permisible.» — Nathan Nobis


Introducción

En este análisis, dividido en varias partes, pretendo exponer una concisa refutación de uno de los principales argumentos que se suelen utilizar para intentar justificar el uso de animales nohumanos para fines científicos y, por extensión, a cualquier uso de nohumanos que hagamos para nuestros fines.

En todas las argumentaciones que pretenden defender el uso de animales no humanos en experimentos científicos en general siempre se alega la misma razón principal: se dice que es necesario hacerlo; es necesario utilizar a los animales nohumanos para progresar en ciencia, medicina y otros campos. 

Lo que aquí pretendo plantear si ese argumento justifica moralmente que usemos a los demás animales. No sólo en investigación científica sino en cualquier otro ámbito o para cualquier otro propósito. Lo tomo como ejemplo representativo pero vale igualmente para cualquier contexto.

Algunas aclaraciones

Recalquemos en primer lugar que estar a favor de los Derechos Animales no significa en ningún caso estar en contra de la experimentación médica o científica, ni en contra del progreso de la ciencia ni de la medicina. A pesar de que muchas veces se intenta presentar como una postura contraria a la propia ciencia, cuando en ningún caso es así.

No estamos en contra de la experimentación científica o médica. La oposición es solamente en contra de usar a otros individuos sin su consentimiento, en contra de su voluntad, y a costa de violar sus intereses.

Así que es una falsedad manifiesta decir que estar en contra del uso de nohumanos es lo mismo que estar en contra de la ciencia. Del mismo modo que estar en contra de utilizar a seres humanos sin su consentimiento explícito e informado no significa obviamente estar en contra de la ciencia y su progreso.

La necesidad no genera legitimidad moral

El postulado de que es necesario usar animales en investigación es ya de por sí una cuestión bastante discutible a varios niveles.

Por ejemplo, hoy en día ya no es necesario, como ocurría en el pasado, utilizar a otros animales para fabricar insulina. Del mismo modo, es imposible saber si realmente es necesario utilizarlos para otros fines sin haber probado antes nuevas líneas de investigación.

En cualquier caso, si realmente fuera necesario usar animales no humanos para beneficiar a los humanos, entonces ¿por qué no se utiliza del mismo modo también a otros humanos? ¿Por qué no hacer con seres humanos lo mismo que hacemos con otros animales —enfermarlos a propósito, inocularles sustancias tóxicas, amputarles miembros— sin tener en cuenta su voluntad ni su consentimiento, para así beneficiar a otros humanos? De hecho, este tipo de investigación científica con seres humanos es algo que ha sucedido en numerosas ocasiones.

La razón por la que no hacemos eso con seres humanos es que la necesidad no justifica moralmente ninguna acción. Podría ser necesario para el avance de la ciencia y la medicina, y el bienestar humano general, el usar a seres humanos del mismo modo que usamos a los demás animales, pero esa necesidad no justifica moralmente hacerlo. Igual que si yo necesitara un órgano para sobrevivir y sólo lo pudiera conseguirlo asesinando a alguien para quitárselo no estaría bien que lo hiciera, por mucho que lo necesitara. ¿O sí creemos que sería correcto actuar de esa manera?

Ciertamente el área de investigación científica en general es el único ámbito —a diferencia de otros como la alimentación o la vestimenta— en donde quizás se puede pretender con un mínimo de seriedad que actualmente exista alguna necesidad relevante de usar a otros animales. De todos modos, la necesidad por sí misma no puede justificar moralmente ninguna acción. De hecho, si atendemos meramente al criterio de necesidad entonces podríamos también justificar el uso forzado de unos seres humanos para beneficiar a otros. Toda clase de crímenes se han cometido apelando a una supuesta necesidad.

Si yo necesitara un trasplante de órganos para poder seguir viviendo y no pudiera conseguirlo mediante una donación ¿justificaría esto que utilizara a otros humanos sin su consentimiento para quitarles sus órganos? Obviamente no. ¿Entonces por qué va ser diferente cuando se trata de otros animales? ¿Por qué no consideramos los intereses de otros animales en la misma forma? Ésta es la cuestión central del asunto.

En definitiva, la necesidad nada tiene que ver con la ética, ni es un criterio que pueda aclarar si algo está moralmente bien o mal. Yo puedo necesitar urgentemente un órgano para poder seguir viviendo, pero esa necesidad no me legitima en usar sin su consentimiento a otras personas para mi beneficio y quitarles sus órganos a costa de su salud y su vida. La necesidad nunca justifica moralmente ninguna acción.

Si la necesidad fuera un criterio aceptable también se podría considerar necesario utilizar libremente a otros seres humanos —sin su consentimiento, y a costa de su vida y su salud— para avanzar en el conocimiento médico y científico.

La ética no se refiere a la necesidad sino a la dignidad, es decir, al valor intrínseco de cada persona que debe ser respetado. El respeto moral implica no utilizar a nadie sin su consentimiento, no usarlo como si fuera un objeto o un simple recurso. Pero precisamente esto es lo que hacemos con los demás animales cada día, ignorando su voluntad y sus intereses propios. Los tratamos como nuestras propiedades, como nuestros esclavos, los relegamos a la categoría de objetos, a pesar de que ellos no son objetos; son individuos que sienten, sufren y desean vivir y que no les hagan daño.

El especismo no se basa en ninguna justificación racional

Algunas posturas especistas dicen que los humanos tenemos derechos porque nuestras leyes lo reconocen así. Pero ¿y si las leyes no lo reconocieran? Las leyes pueden diferir muchísimo de un país a otro y de una época a otra.

Lo mismo se podría señalar respecto de la opinión de la gente. ¿Tenemos derechos sólo porque la gente así lo cree? Entonces sí la gente cree que un dios existe eso significa que efectivamente dios existe ¿no? Pues no. Tal afirmación incurre en la recurrente falacia ad populum —que afirma que algo es verdad simplemente porque mucha gente así lo cree. Y los razonamientos morales no están exentos de respetar la lógica igual que cualquier otro razonamiento.

De hecho, la base del método científico puede emplearse también para cuestiones morales. No existe otra manera racional de enfocar el asunto. Aunque cuando digo "método científico" me refiero en su versión básica de atenerse a las evidencias y los principios básicos de la lógica. Cuando echamos a un lado este método racional, entonces ya sólo nos queda basarnos en meras creencias, prejuicios e intereses particulares. Precisamente esto es lo que diferencia a la ciencia de la pseudociencia o de la mala ciencia. Y es lo que también debería diferenciar a la ética racional de la pseudoética y de la mala ética.

¿Por qué las personas tenemos derechos, más allá de lo que la gente piense o lo de que las leyes digan? Considero que las personas tenemos derechos precisamente por el hecho de ser personas.

Ahora bien, la cuestión es que no solamente los humanos somos personas, ni tampoco somos personas por el hecho de ser humanos —porque entonces los embriones o los cadáveres humanos serían personas. Cualquier individuo que tenga capacidad de sentir, es decir, que experimente sensaciones y tenga intereses y voluntad propia, es una persona. Lo que diferencia a una persona de una cosa [un objeto inerte o un vegetal] es precisamente la facultad de sentir.

La razón por la que no es aceptable experimentar con seres humanos sin su consentimiento es porque los seres humanos, al igual que los demás animales, no son cosas sino personas, es decir seres con capacidad de sentir y consciencia de sí mismos, y esto significa que tienen un interés fundamental en conservar su vida y que no ser dañados. Del mismo modo, otros animales tienen igualmente la capacidad de sentir, y el interés en conservar su propia vida y que no les hagan daño. Es por esto que la misma razón que justifica respetar a los seres humanos —tratarlos como personas, no como propiedades o recursos— vale también para los demás animales.

La explotación sobre otros animales sólo se puede defender apelando a que nos beneficia. Pero entonces ¿también está bien explotar a otros humanos si eso nos beneficia?

La ética racional se basa en la consideración de los intereses de todos los implicados o afectados por una acción. La ética racional sigue criterios fundamentados en la lógica, en hechos empíricamente demostrables y que sean moralmente relevantes; no en los prejuicios y la irracionalidad. Y es un prejuicio creer que solamente los humanos merecen consideración moral, y ser tratados como personas y no como meros medios para lograr algún fin. Esta discriminación especista es algo que no puede defenderse racionalmente, y por tanto es un creencia irracional.

El problema de fondo reside en creer que el respeto por los demás animales debe estar supeditado a la necesidad que nosotros tengamos de satisfacer nuestros intereses. Pero la ética implica todo lo contrario: vivir nuestra vida dentro del respeto por las vidas de las demás personas. Así es generalmente como actuamos —o como deberíamos actuar— cuando se refiere a seres humanos. Y no existe ninguna razón válida que nos justifique excluir a los demás animales dentro del mismo ámbito de consideración moral.

La supuesta necesidad ni siquiera es relevante

No voy a entrar a debatir sobre si la experimentación con otros animales es en verdad necesaria para la ciencia y la medicina. Éste es no el lugar apropiado para ello. Sólo quisiera señalar que hay muchos científicos y médicos que al menos cuestionan seriamente su utilidad. Aun así, se afirma que ese tipo de experimentación es necesaria, pero nunca queda claro por qué motivo. Aunque a menudo se dice que no podemos arriesgarnos a probar la misma sustancia en humanos existiendo la posibilidad de que murieran a causa de ello. Y yo me pregunto si esa reticencia por parte de quienes se dedican a la investigación se debe a una sincera preocupación y respeto por las vidas de los seres humanos o más bien al miedo a ser demandados judicialmente o castigados.

A pesar de todo, nadie razonable sostiene que los investigadores que utilizan a los animales no humanos lo hacen meramente por gusto o por placer. Si lo hacen es porque están convencidos que las vidas de los seres humanos tiene mayor valor que la de los demás animales. Pero esa creencia no es moralmente aceptable. Como tampoco lo es creer que las vidas de los blancos valen más que la de los negros o que la vida de los varones valen más que las de las mujeres. Las vidas de todos aquellos seres que tienen capacidad de sentir poseen igual valor moral, puesto que todos son individuos que tienen un interés fundamental en conservar su propia vida y en no ser dañados. Ellos no se limitan a vivir sino que valoran su vida, su existencia, por eso tienen un valor intrínseco en sí mismos.

Cuando los defensores del especismo afirman que, a pesar de todo, un investigador que experimenta con animales no humanos se preocupa por el 'bienestar' de estos animales que utiliza; los motivos al respecto aclaran que ese interés es meramente utilitario. Es decir, le interesa fomentar el bienestar de los animales esclavizados pero no porque esté preocupado por el individuo mismo sobre el que está experimentando, sino solamente porque le conviene que le dure más tiempo sin morirse o sin degradarse demasiado su salud. Esto es lo mismo que decir que tenemos un interés por el "bienestar" de nuestro coche, o nuestra casa, porque procuramos que no se estropeen durante el mayor tiempo posible.

Como ya señalé anteriormente, el hecho de que supuestamente necesitáramos usar a otros animales no lo justifica moralmente. Pero ¿en la realidad tenemos tal necesidad? En ciencia y medicina ya existen modelos informáticos e investigación con células madre, que demuestran que prescindir de utilizar a otros animales no supone prescindir del avance científico. Y si viviéramos en un mundo donde se respetara los derechos de los demás animales existiría una mayor presión e inversión para innovar con nuevas técnicas y terapias que no necesiten del uso de animales no humanos.

Lo cierto es que la investigación científica puede funcionar y progresar sin tener que usar a otros animales. Hay evidencias que lo demuestran.

El problema de fondo en realidad no es pues de tipo técnico, sino que tiene una causa moral. Es el prejuicio del especismo el que motiva a que los no-humanos sigan siendo utilizados. Aquí es donde radica la verdadera causa. Al igual que sucede en la alimentación y demás ámbitos.

Aparte de esto, aunque fuera cierto que necesitáramos experimentar con animales no humanos —un dato que sin embargo no lo haría algo moralmente aceptable— lo que sí es de hecho una verdad comprobada es que no necesitamos utilizar animales para alimentarnos, para vestirnos, ni para entretenernos.

Teniendo esto en cuenta, y siguiendo aquel criterio de necesidad, lo coherente sería que no comiéramos animales, ni nos vistiéramos con trozos de sus cuerpos, ni que tampoco asistiéramos a eventos donde se les utilice como entretenimiento.

No es aceptable el criterio de necesidad como moralmente válido, pero incluso quien lo aceptara como tal no tendrá justificación basada en la necesidad para comer animales ni vestirse con trozos de ellos. Y si se dedica a la ciencia, en el ámbito de la experimentación, creo que lo coherente sería centrar todos sus esfuerzos, si es que verdaderamente le preocupan los demás animales, en desarrollar alternativas que eviten la supuesta necesidad de utilizar animales no humanos.

Por cierto, también es habitual alegar que nuestra esperanza de vida ha aumentado considerablemente debido a la experimentación con animales no humanos. Ignorando por completo otros factores relevantes [higiene, transporte, agricultura, nutrición,...] que han influido decisivamente en ese aspecto. Esto demuestra un sesgo parcial en los argumentos en favor de la explotación animal.

Si eventualmente no hubiera opciones a los experimentos en animales no humanos seguiría siendo injustificable experimentar con ellos, pero ocurre que sí hay opciones que no implican utilizar a animales, y una parte del enorme gasto económico que cuesta anualmente la experimentación en animales se podría utilizar en buscar y desarrollar las opciones que no utilizan a otros animales.

Por tanto, está por demostrar objetivamente que los experimentos con animales no humanos sean algo necesario, ya que no tenemos otro mundo sin experimentación para comparar si habríamos avanzado más o menos sin experimentar en los demás animales.

La ética de Derechos Animales

Es importante resaltar que la ética de Derechos Animales no denuncia la experimentación con animales no humanos —o cualquier otro uso que hagamos de ellos— porque cause sufrimiento a los animales.

La ética de Derechos Animales se opone a que usemos a otros animales para nuestros fines independientemente del propósito y de la manera en que se haga. La razón para ello es exactamente la misma que se puede alegar para el caso de utilizar a otros seres humanos: nunca es justo utilizar a alguien sin su consentimiento para nuestro propio beneficio; más aún cuando esa utilización les causa algún tipo de daño o perjuicio. Como los demás animales no pueden darnos su consentimiento, explícito e informado, para que les utilicemos, entonces no es ético utilizarlos para nuestros propósitos.

Señalo ese importante punto debido a que otro error habitual de los argumentos especistas está el hecho de tomar una parte por el todo. Se basan en lo que algunos determinados activistas o colectivos animalistas hayan dicho sobre el tema de la experimentación con animales no humanos —por ejemplo, denunciar las condiciones en que se realiza la explotación— para luego atribuir sus argumentos en general a todo el movimiento en favor de los derechos de los animales. Eso es una clara falacia, porque la postura de Derechos Animales no se centra en las condiciones de la explotación, ni en la crueldad de las prácticas o la crueldad los explotadores, ni en el hecho de que existan alternativas al uso de animales no humanos.

Conviene no confundir la postura utilitarista con la ética de Derechos. Dentro del ámbito animalista hay una gran preponderancia de partidarios del utilitarismo, pero la postura ética de los derechos nada tiene que ver con el utilitarismo.

El argumento central de la ética de Derechos Animales es que los demás animales merecen el mismo respeto básico que deseamos para nosotros y no está justificado discriminarlos por el hecho de no pertenecer a nuestra especie.

Discriminar a otros individuos por no ser humanos —ignorando que todos igualmente sentimos y tenemos intereses propios— es igual que discriminarlos por no ser blancos o por no ser varones. He ahí el error en el que se basa el especismo y que lo equipara a otros prejuicios como el racismo y el sexismo.

La cuestión es que nosotros nunca querríamos que nos utilizaran en un experimento en contra de nuestra voluntad y a costa de nuestra salud. Los demás animales tienen el mismo interés que nosotros en continuar viviendo y evitar que les hagan daño. Así que discriminarlos del mismo respeto básico que deseamos para nosotros es injusto e inaceptable. Esto es especismo.

Nuestra coherencia personal

Es importante aclarar un punto que a menudo surge en este debate: no tiene relevancia moral lo que hagamos o dejemos de hacer a nivel personal para demostrar si algo está bien o mal.

Una persona puede razonar perfectamente que, por ejemplo, el asesinato o la violación sexual son actos inmorales, y para ello presentar los hechos y los argumentos apropiados. Si ese alguien luego practica aquello que demuestra que está mal entonces se trataría sin duda un problema de coherencia, pero que no afectaría a la validez de los argumentos expuestos.

Por supuesto no digo que ése sea mi caso o en general de los defensores de los Derechos Animales. Todo lo contrario. Sólo quiero dejar claro que lo haga cada uno en su vida personal es una cuestión aparte de la validez moral de nuestras ideas y razonamientos. Aunque lo que hacemos en nuestra vida personal obviamente tiene relevancia moral y debería estar supeditado a la ética.

Que en algún momento de nuestra vida no tomemos ahora un medicamento que en su momento fuera probado en algún animal no humano no va a cambiar nada; no van a probar en más individuos el medicamento si yo lo consumo ahora y no significa que yo acepte que lo hayan hecho. Han probado en animales no humanos hasta el agua que sale del grifo. Pero seamos justos y dejemos de utilizar a los demás animales de aquí en adelante. Otra cosa sería que el medicamento llevara ingredientes de origen animal, en ese caso sí deberíamos buscar alternativas.

Experimentando con seres humanos, sin su consentimiento, los nazis lograron grandes avances, por ejemplo en el campo de la genética. Sabiendo que el daño que se causó a las víctimas no se puede reparar, ¿deberíamos haber quemado esa información? No. Lo que tenemos que hacer es, a partir de ahora, no permitir nada parecido.

Conclusión

Una cosa está clara: no tenemos necesidad de usar a otros animales de comida, vestimenta o entretenimiento. Pero sin embargo lo seguimos haciendo. ¿Por qué? Porque en el fondo la supuesta necesidad no es la causa real de que utilicemos a otros animales.

La verdadera causa de que explotemos a otros animales reside en ese prejuicio especista que nos hace considerarnos «superiores» a los demás animales y con derecho a utilizarlos para satisfacer nuestros fines; en lugar de respetarlos como personas, como individuos que tienen un valor intrínseco por el hecho mismo de que pueden sentir, experimentar sensaciones, tener voluntad propia e intereses.

Esa característica —la sintiencia— es la única que debería importar para respetar a alguien, para respetarlo igual que deseamos nosotros ser respetados; y no el tamaño, el aspecto, ni la especie o la raza de la persona. Si los otros animales son seres conscientes deben ser tratados como tales —como sujetos y no como objetos— y no ser excluidos de nuestra consideración moral por el mero hecho de que no sean humanos.

Prescindir de utilizar a los demás animales como comida, y otros fines, es perfectamente realizable en la práctica. Somos millones de personas en el mundo que vivimos cada día de forma vegana. Es sólo cuestión de informarse y de querer hacerlo. Nada más que esto. No supone ningún tipo de sacrificio ni esfuerzo adicional. 

Ahora, la verdadera cuestión estriba precisamente en salir de esa falsa dicotomía especista del *o ellos o nosotros* que nos han inculcado desde la infancia basada en creer que somos superiores y que tenemos derecho a explotar a otros animales para nuestro beneficio.

Referencias:


*  Gary Francione; «The Use of Nonhuman Animals in Biomedical Research: Necessity and Justification»



7 comentarios:

  1. Un estupendo articulo Luis, como siempre. Gracias por tus analisis y reflexiones.

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    1. Muchas gracias, Dani.

      He intentado ser lo más claro y conciso que he podido. Si crees que hay algún punto que se deba añadir o revisar no dudes en decírmelo.

      !Un saludo!

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  2. No es un análisis muy inteligente. Básicamente preguntas por qué la vida de un animal vale menos que la de un humano. Vamos, ya desde que te haces esa pregunta no mereces mucha atención.

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    1. Me da la impresión de que no te has enterado de nada.

      El análisis se basa en cuestionar si el argumento de la necesidad es moralmente válido. Éste es el punto principal. En realidad, no he entrado a argumentar si todos los animales tienen el mismo valor moral. Eso es algo que doy por supuesto en base al principio de igualdad. Ya que quienes afirman que las vidas de unos valen más, o menos, que las de otros son quienes tiene que justificar el por qué.

      Yo diría que lo único que no es inteligente aquí es tu comentario.

      ¿No merezco atención? ¿Por qué? ¿Sólo porque tú lo dices? Lo que entiendo que quieres expresar en realidad es que no puedes argumentar ni refutar nada de lo que digo. Y por eso tienes que cerrarte en banda a discutir esta cuestión para que así tus prejuicios queden intactos. El dogmatismo personificado.

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    2. vamos entonces si la necesidad no justifica nada moralmente, el asesino en defensa propia debe ser juzgado moralmente del mismo modo que el que lo hizo por simple gusto. Además, la alimentación aún sin productos animales, sigue produciendo muertes de seres sintientes (en sus términos: les arrebatamos la vida para obtener un beneficio nosotros, i.e., es explotación) por lo tanto ningún ser humano debería consumir ningún alimento.
      ¿por cierto que hace un vegano si lo muerde una araña o serpiente venenosa, se deja morir? Da la casualidad que los antisueros se siguen obteniendo muchos de animales por lo cual el vegano consistente debería negarse al consumo del antiveneno (ovejas, caballos, etc. contando que se obtiene el veneno directamente de los animales para su estudio, lo cual también es según su definición explotación).

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    3. Creo que lo estás interpretando todo erróneamente.

      Yo no he señalado que la necesidad como tal sea moralmente irrelevante como concepto. Lo que he explicado en concreo es que la necesidad por sí misma no es una justificación moral. Decir que algo es "necesario" no justifica nada por sí solo. ¿Si yo necesito un corazón sano para vivir y no puedo obtenerlo de otra manera que matando a un inocente para quitárselo, estaría justificado que lo matara? No, no lo está. La necesidad por sí sola no es un criterio moral, sino que ella misma necesita justificarse dentro de los límites de la ética. ¿Comprendes la distinción?

      La auto-defensa no apela a la necesidad sino al derecho a la vida. Apela al derecho que tiene cada individuo de proteger su propia supervivencia frente a los ataques de otros. Por tanto, la auto-defensa no se justifica apelando a la necesidad; sino a los derechos morales. Ahora bien, si para cumplir con la auto-defensa fuera necesario matar —si realmente fuera necesario porque no existiera otro modo de protegernos de un ataque letal y deliberado— entonces esa necesidad de matar sí estaría justificada moralmente.

      El veganismo no se refiere a la muerte como tal sino a la explotación de animales no humanos. El veganismo no rechaza algo porque en sí mismo provoque muerte sino en tanto que implique explotación de otros animales. Por otro lado, la ética de Derechos Animales —dentro de la cual existe el veganismo— tampoco se opone al hecho mismo de la muerte sino que, en todo caso, se opone a matar a alguien sin un razón moral que lo justifique. Por tanto, tu objeción ni siquiera hace referencia a lo que aquí se está exponiendo y estás cometiendo una falacia conocida como muñeco de paja. Te sugiero que prestes más atención a lo que lees y no te inventes cosas cuando realices comentarios sobre un tema definido.

      Nosotros no podemos evitar todo el daño que causamos para poder vivir. Sin embargo, sí hay muchos daños que sí se pueden evitar y que no son en absoluto necesarios para vivir. No necesitamos comer animales, ni tampoco vestirnos con trozos de sus cuerpos, ni usarlos para divertimento. Casi todos los usos de animales son innecesarios para poder vivir y tener una buena calidad de vida. Así que la explotación animal en su casi totalidad no se puede excusar alegando ninguna clase de necesidad real y razonable.

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    4. Tampoco podemos vivir evitando todo el daño que hacemos a otros humanos —por ejemplo, mediante la contaminación— pero esto no significa que sí hay muchos daños que sí podemos evitar. Podemos evitar el asesinato, la tortura, la violación, la esclavitud. ¿El que no podamos evitar todo el daño que causamos en su totalidad justificaría acaso que cometamos alguno de esos crímenes? Claro que no. Del mismo modo tampoco se puede justificar que explotemos a otros animales alegando que no podemos evitar todo el daño que les causamos. Por no hablar que algunos de esos daños son en realidad accidentales o no intencionados. Mientras que el daño de la explotación animal es deliberado e intencionado. No se puede valorar moralmente de igual forma un daño accidental que un daño intencionado.

      Respecto del caso que mencionas sobre los antídotos, puedo señalar que en efecto está moralmente mal utilizar a otros animales para obtener esos antídotos. No es que esto sea explotación "según mi definición" sino que objetivamente es explotación según la definición establecida del término. No es una cuestión de interpretación. Alguien que piense que los demás animales merecen respeto no debería consumir nada que provenga de su explotación. Ahora bien, otra cosa es que en un momento dado alguien recurra a ese consumo impelido por su instinto de supervivencia. Esto no quiere decir que esté bien, pero no es el mismo caso que el resto del consumo de explotación animal que en ningún caso se puede excusar apelando a la necesidad de supervivencia.

      En un mundo vegano, estoy seguro de que se podrían obtener esos antídotos de otra forma. Que se haga de ese modo no significa que necesariamente tenga que ser así, sino puede que se haga así sólo por costumbre o por comodidad, igual que comemos animales por costumbre o por conveniencia; no por necesidad.

      Espero que está aclaración pueda servirte para comprender mejor el asunto y reeler el texto de una forma más comprensiva.

      Gracias por tu atención.

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