17 de septiembre de 2014

Diez mitos del neo-bienestarismo




En esta ocasión, quisiera compartir un artículo del año 2011 escrito por el activista vegano Dan Cudahy, y titulado "Ten Myths of New Welfarism" ["Diez mitos del neo-bienestarismo"], en el que responde a una serie de acusaciones por parte de los modernos partidarios del bienestarismo contra los abolicionistas veganos y nuestro planteamiento activista.

Un simple aclaración para quienes aún no distingan bien entre ambas posturas:

El bienestarismo es la ideología que considera exclusivamente como característica relevante el hecho de que a los animales les importa evitar el sufrimiento y disfrutar de un cierto bienestar —de ahí su nombre—e ignora cualquier otro posible interés como inexistente o secundario. De esa ideología se deriva una estrategia puramente reformista que, a través de regulaciones legales, busca mimizar el sufrimiento de los no-humanos que viven sometidos a nuestra esclavitud.

Los nuevos bienestaristas son partidarios modernos de esta ideología pero que han replanteado sus objetivos y su estrategia. Por ejemplo: a diferencia del bienestarismo tradicional, los nuevos bienestaristas ya no se conforman sólo con regular sino que se inclinan a menudo por prohibir determinadas formas de explotación. Incluso algunos afirman que su objetivo final sería acabar con la explotación animal, pero entienden que la forma efectiva de conseguirlo es mediante una sucesiva aprobación de leyes que progresivamente vayan haciendo desaparecer, una por una, cada actividad de explotación. Aparte, otro rasgo que los diferencia de los bienestaristas clasicos está en que muchos también son vegetarianos o incluso se consideran "veganos" en el sentido de que no consumen animales en su vida privada, sin embargo no consideran que el veganismo sea un imperativo moral sino que dicen que es meramente otra forma más de "reducir el sufrimiento".

Los abolicionistas rechazan la postura bienestarista tanto en el plano teórico como en el práctico. Por un lado, reconocemos que los animales no humanos no tienen sólo un interés en evitar el sufrimiento, o en disfrutar de un bienestar, sino que ellos también tienen un interés genuino en vivir —en conservar su vida y continuar existiendo— y asimismo poseen un interés en ser libres —en no estar sometidos a la voluntad de otros. Es por esto que los abolicionistas rechazan como principio cualquier forma de explotación sobre ellos, y por eso son veganos. Por otra parte, los abolicionistas consideran que la vía ética y efectiva para lograr la abolición, en el contexto actual, es el activismo educacional para la difusión del veganismo, y que las regulaciones legales de la esclavitud, además que son son inmorales, no ayudan en nada a abolir dicha esclavitud; más bien al contrario, la regulación del "bienestar animal" refuerza y perpetúa la explotación sobre los animales.

Todo esto que acabo de exponer es sólo un muy sintetizado resumen. Quien quiera informarse más detalladamente sobre los puntos mencionados, puede acudir a la obra del profesor Gary Francione, quien ha analizado esta problemática de forma muy específica en su trabajo teórico.

El texto lo ha traducido Igor Sanz y espero que sirva de ayuda para comprender esta importante cuestión. De nuestra elección entre una postura bienestarista y una postura abolicionista depende el futuro de incontables millones de personas: los no-humanos.

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Diez mitos del neo-bienestarismo

Dan Cudahy

Marzo 2011


MITO 1:

"Los abolicionistas son indiferentes al sufrimiento de los animales."

Corolario del Mito 1:

"Los abolicionistas quieren que el resto de animales sufran tanto como sea posible para motivar así a más gente hacia el veganismo."

Hechos y explicación 1:

Los abolicionistas nos preocupamos por el sufrimiento de los no-humanos al menos en la misma medida, y probablemente más, que los neobienestaristas. Estamos de acuerdo en que menos sufrimiento es mejor que más sufrimiento. Nosotros simplemente negamos, desde un punto de vista racional y empírico, que el sufrimiento de los animales pueda ser significativamente reducido mediante reformas y campañas bienestaristas en tanto sigan siendo considerados como propiedades legales y mercancías económicas. [Para comprobar la abrumadora evidencia que apoya esta afirmación empírica, [léase «Animales como Propiedad»]. Como evidencia adicional sirve el hecho indiscutible de que las reformas por el bienestar social eran tan inútiles en la prevención o incluso reducción de la tortura y los asesinatos de los esclavos humanos en la América del siglo XIX como lo son hoy para los no-humanos. Negar esto es negar la severa tortura y los asesinatos que fueron tan frecuentes dentro de la esclavitud humana en América hasta que los esclavos fueron emancipados completamente.

Los abolicionistas sostenemos que es la educación vegana donde deben ser dirigidos tantos recursos como sea posible, lo cual servirá para: [1] aumentar la población vegana, lo que permitirá finalmente el desarrollo de una base política abolicionista; y [2] aumentar la atención y la preocupación acerca de los animales en general como seres sintientes.

Contrariamente al corolario del Mito 1, los abolicionistas consideramos que los animales [humanos y no-humanos] son perjudicados no sólo por el sufrimiento, sino también en la explotación y las muertes sin dolor. En otras palabras, los abolicionistas creemos que debe motivarse a la gente hacia el veganismo por la sencilla razón de que la explotación y las muertes innecesarias son un completo error, y el 99,999% del uso de animales es innecesario. Es el mismo argumento empleado en contra de la esclavitud humana; y sólo el especismo, igual que el racismo en el caso de la esclavitud humana ocurrida en diversas sociedades, es el que nos deja moralmente ciegos ante la atrocidad de la explotación y la masacre.

MITO 2:

"Dado que los países con las mejores leyes de bienestar animal son a su vez quienes más veganos cuentan, las leyes de bienestar animal —y sus reformas y campañas— consiguen que las personas se hagan veganas."

Hechos y explicación 2:

El Mito 2 coloca al vagón tirando de la locomotora en lugar de la locomotora tirando del vagón. La educación vegana causa: [1] nuevos veganos; y [2] aumenta la atención y la preocupación hacia los animales en general como seres sintientes. Tal aumento de la atención y la preocupación provoca indirectamente más campañas, más regulaciones y más trucos propagandísticos de la industria del bienestar animal.

MITO 3:

"Los abolicionistas están “seducidos por una teoría”."

Hechos y explicación 3:

Todos los defensores de la justicia social guían sus acciones en base a una teoría, aun sin tener en cuenta la validez de la teoría, y sin importar si tales defensores son siquiera conscientes de que la están siguiendo. Resulta bastante irónico leer diatribas bienestaristas en contra de los abolicionistas, y nuestra teoría, acusándonos de estar “seducidos” por ella, estando ellos al mismo tiempo absortos en el seguimiento y la defensa de su nueva teoría bienestarista, aunque no sean, por lo visto, lo suficientemente conscientes de ello.

Así pues, seamos honestos: todos tenemos una teoría, y la misma acusación a alguien de estar “seducido” por una teoría resulta una clara demostración de que se está “seducido” por la teoría opuesta. La pregunta pertinente es: ¿Cuál de las dos teorías incompatibles es correcta y eficaz? Y aún más importante: ¿Por qué? ¿Qué razones tenemos para aceptar una teoría por encima de la contraria? ¿Qué evidencias tenemos para elegir una en lugar de la otra?

Como demuestran muchos ensayos de éste y otros blogs abolicionistas [ver: 1, 2, 3, 4, 5, 6] contamos con muchas razones, y muchas más evidencias aún, para creer en las siguientes afirmaciones: [1] El neobienestarismo ha sido un absoluto fracaso durante más de 30 años —y más de 200 años de bienestarismo tradicional; y [2] si existe alguna posibilidad de reducir significativamente el sufrimiento y, finalmente, poner fin a la explotación animal, será mediante el permanente crecimiento de un movimiento abolicionista enfocado en una educación vegana, no-violenta y creativa. El porqué los bienestaristas —que dicen querer reducir el sufrimiento y ayudar a poner fin a la explotación animal— se oponen tan firmemente a destinar el mayor número de recursos posibles en la educación vegana, no-violenta y creativa es algo difícil de entender.

MITO 4:

"La educación vegana abolicionista es un “todo o nada”."

Hechos y explicación 4:

Nunca he conocido a nadie, salvo los líderes corporativistas del movimiento bienestarista, que perciba la educación vegana abolicionista como un “todo o nada”. De hecho, mi experiencia en la comunicación con el público ajeno al movimiento me ha demostrado que la educación vegana abolicionista conduce a una mayor preocupación por el problema —con la rara excepción de sádicos y psicópatas. Si tal labor, enfocada hacia una educación vegana abolicionista, conduce a un nuevo vegano, o a una simple mayor preocupación por los animales nohumanos, es algo que depende de la persona, pero casi nunca se traduce en “nada”. Me estoy basando en mis años de experiencia, pero la afirmación de que la educación vegana abolicionista conduce a “vegano o nada” me parece sencillamente ridícula.

MITO 5:

"Al criticar las reformas bienestaristas, los abolicionistas impiden de hecho las futuras reformas de bienestar animal." O peor aún en el caso de los neobienestaristas, para quienes los abolicionistas somos una amenaza frente al potencial de hacer dinero de las asociaciones de la industria bienestarista.

Hechos y explicación 5:

En tanto que haya no-veganos, seguirá habiendo preocupación por las reformas bienestaristas en torno a la tortura y el asesinato de animales. Y mientras haya preocupación por dicho bienestar, habrá campañas bienestaristas e intentos de reformas de la esclavitud de los no-humanos. El bienestarismo es un fenómeno simbiótico de la moderna explotación institucionalizada sobre humanos y no-humanos. Es decir, el bienestarismo necesita y se alimenta de la explotación institucionalizada, y la explotación institucionalizada necesita y se alimenta del bienestarismo.

MITO 6:

"Los abolicionistas [1] son perezosos; [2] “no hacen nada”; y/o [3] sólo actúan a través de internet."

Hechos y explicación 6:

Declaraciones generales como la del Mito 6 no son más que una demostración de los prejuicios y la ignorancia de algunos bienestaristas hacia la mayoría o todos los abolicionistas, motivados por su resentimiento y desacuerdo personal.

Veamos lo que resulta tomando como cierto que “todos o la mayoría de los abolicionistas son perezosos; no hacen nada; y/o se limitan sólo a actuar por la red”. Hmmm… dado el creciente número de abolicionistas en los últimos cuatro años, y dada la fuerte respuesta bienestarista a los “perezosos abolicionistas que no hacen nada”, parece que la teoría abolicionista, aunque sólo estuviera “centrada en internet”, es !increíblemente poderosa!

La verdad es que no se hubiera podido lograr el crecimiento conseguido por el enfoque abolicionista en los últimos cuatro años con una “débil teoría” y contando para su promoción sólo o en su mayor parte con “perezosos que no hacen nada”. Para el éxito cosechado en estos últimos cuatro años se precisa de una fuerte teoría y activistas eficaces.

MITO 7:

"Las campañas y reformas bienestaristas elevan el costo de la producción."

Hechos y explicación 7:

Las medidas de "bienestar animal" propuestas por organizaciones como HSUS y PeTA —como los huevos camperos, las muertes "humanitarias" o la eliminación de jaulas en batería— son presentadas a la industria por parte de HSUS y PeTA como formas de mejorar la eficacia económica en la explotación intensiva. Es decir, grupos como HSUS y PeTA actúan como consultores de la industria en materia de bienestar y eficacia económica. De hecho, muchos estudios —algunos financiados por la propia industria— muestran que las medidas de bienestar propuestas no sólo cubren el costo eventual de su aplicación, sino que resultan sumamente rentables a partir de entonces.

Además, estas medidas de bienestar representan un gran reclamo publicitario, ya que la industria puede así asegurar que los animales nohumanos viven vidas mucho mejores de lo que son en realidad. Y a medida que la industria va poco a poco instaurando estos cambios, HSUS y PeTA también pueden gritar “!Victoria!” a sus socios y seguidores. HSUS y PeTA incluso alaban públicamente a la industria por la aplicación de estas medidas, difundiendo entre los consumidores la idea de que todo está bien. De esta manera, la industria gana; los consumidores ganan; !HSUS y PeTA ganan! ¿Los animales? Bueno, siguen siendo masacrados a razón de 56 mil millones al año. Si alguien piensa que podemos matar a cerca de mil millones de individuos por semana —más de 100 millones diarios— sin causar un sufrimiento masivo, se está engañando a sí mismo. No importa cómo se cría y asesina a las víctimas.

Junto con los señalados beneficios que la industria recibe del bienestarismo, las regulaciones fortalecen aún más la industria añadiendo estratos de trabajo en la inspección y la burocracia, legalizando y politizando la institución. La industria pasa entonces a estar más arraigada y a ser políticamente más poderosa que nunca.

Considerando seriamente la realidad de los puntos anteriores, lo único que puede erosionar y amenazar la industria es un movimiento vegano abolicionista viable. No obstante, para ser viable, según indican los politólogos, un movimiento vegano abolicionista debería representar al menos el 20%, si no el 30% o más, de la población de un país o sociedad. En este momento, los veganos abolicionistas, por más que estén creciendo en número rápidamente, representan sólo una pequeña fracción de entre los autodenominados veganos, y los propios veganos en su totalidad no representan un número significativo ni siquiera a la vista de las más optimistas encuestas y al margen de los errores estadísticos. El bienestarismo, por su parte, tiene a casi todo el resto de la sociedad de su parte, incluyendo a la propia industria de la explotación, a pesar de su pretendida resistencia a las regulaciones forzadas.

No pintan bien las cosas para los animales por no decir algo peor, cuando incluso los propios veganos se oponen a dedicar más recursos a la educación vegana abolicionista.

MITO 8:

"Los abolicionistas son “divisivos” y generan “luchas internas”."

Hechos y explicación 8:

La acusación de “divisionismo” [o “separatismo”] por parte de los defensores del bienestarismo de los últimos 30 años no es más un intento de sofocar el desacuerdo. Los abolicionistas no son más “divisivos” que los neobienestaristas.

MITO 9:

"Todos estamos en el mismo bando, pero los abolicionistas causan “luchas internas”."

Hechos y explicación 9:

En primer lugar, el abolicionismo y el neobienestarismo son dos filosofías profundamente diferentes y sus defensores participan en actividades enfocadas igualmente de manera completamente distinta. Esto significa que no es cierto que estemos en el mismo bando. Y puesto que no estamos en el mismo bando, no puede haber una “lucha interna”.

En segundo lugar, el desacuerdo no significa enfrentamiento, el desacuerdo significa sencillamente desacuerdo.

MITO 10:

"Los abolicionistas americanos del siglo XIX eran como los neobienestaristas, no como los abolicionistas actuales."

Hechos y explicación 10:

Los abolicionistas americanos del siglo XIX eran como los abolicionistas actuales, no como los neobienestaristas. De lo contrario, aún hoy podríamos tener esclavitud humana legal en Estados Unidos. Sí, había muchas personas que se oponían rotundamente al abolicionismo, y muchos de los debates actuales son una repetición de los debates de hace 180 años; pero fueron los abolicionistas quienes pidieron el fin de la esclavitud, no su regulación y mantenimiento. Fue gente como William Lloyd Garrison la más similar a los abolicionistas de hoy en día; personas que han sido reconocidas por llevar a la sociedad lejos de la esclavitud.

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