23 de febrero de 2015

Los moluscos son seres sintientes



«Experimentamos conductas básicas como comer, beber o emparejarnos como placenteras porque sirven para sobrevivir y reproducirnos. Y no sólo los humanos sino prácticamente todos los animales.» ~ Pablo Malo

En anteriores artículos, dentro de la categoría de sintiencia, dediqué un espacio a hablar sobre animales cuya sintiencia todavía causaba cierta controversia: peces, reptiles, crustáceos, insectos, aportando evidencias que confirman su capacidad de sentir. Con esta entrada quisiera terminar de momento la serie exponiendo como ejemplo a los moluscos y los celentéros.

Sabemos que las plantas no sienten porque no tienen neuronas ni sistema nervioso. No tienen sensaciones ni deseos, porque no pueden tener intenciones ni deseos. Simplemente reaccionan a estímulos externos de forma automática o inconsciente sin que haya ningún proceso de sensación de por medio, puesto que carecen del órgano necesario para ello.

Sabemos que el sistema nervioso es el órgano que produce las sensaciones y que, por tanto, genera la conciencia y todo aquello que forma parte de ésta, a lo que denominamos deseos, intereses, voluntad, intenciones. Sabemos que los demás animales también tienen sistema nervioso, y que en dicho sistema nervioso se realiza de forma similar la misma actividad eléctrica y química que en el nuestro, es decir: conexiones neuronales y secreción de sustancias neurotransmisoras.

Parece que es mucho más fácil reconocer la sintiencia en otros animales muy parecidos a nosotros morfológicamente que en el caso de otros que son muy distintos a nosotros en aspecto y tamaño —como es el caso de los peces, los insectos y los moluscos. La ciencia nos ayuda a conocer y confirmar objetivamente si otros animales sienten. Las evidencias apuntan cada vez más claramente que un sistema nervioso centralizado implica sintiencia. De ahí su especial relevancia para el movimiento de Derechos Animales. A pesar de que, por desgracia, los científicos hayan utilizado y asesinado animales no humanos para confirmarlo.

El grupo denominado «moluscos» es uno de los diversificados morfológicamente en el reino animal. Dentro de este grupo existen diferencias notables. En un extremo tenemos a los pulpos que han sido mencionados explícitamente en la Declaración de Cambridge como un ejemplo de animal, fuera del grupo de mamíferos y aves, sobre el que tenemos evidencias muy consistentes acerca de su capacidad de sentir. En el otro extremo, tenemos a las almejas, las ostras y las medusas; que hasta ahora no habían sido reconocido como sintientes, pero respecto de algunos de los cuales contamos con evidencias que apuntan a que su capacidad de sentir sería más que un simple posibilidad.

Si lo demás animales pueden sentir, esto significa que experimentan sensaciones [dolor, placer,...] y tienen intereses —desean proteger su vida, buscar lo que les beneficia y evitar lo que les perjudica. Por tanto, de acuerdo al principio ético de igualdad, ellos merecen igual consideración, sin importar que sean humanos o de qué especie sean. De ahí radica la relevancia de cononocer empíricamente si otros seres son sintientes o no. Éste el motivo de este ensayo.

Antes de nada, nunca está de más recordar que la capacidad de sentir implica conciencia. Los seres sintientes son seres conscientes por la propia naturaleza de la sintiencia. 

¿Cómo podría un animal sentir dolor sin ser él mismo quien lo siente? Eso sería una contradicción lógica y empírica. El dolor no puede darse en un vacío impersonal, sino que requiere y necesita de la subjetividad. El neurofisiólogo Rodolfo Llinás lo explica de manera bastante clara y detallado cuando señala que "la subjetividad es la esencia constitutiva del sistema nervioso." Llinás especifica que la conciencia sería una característica intrínseca de todos los seres con sistema nervioso y que su origen no está en el pensamiento cognitivo o conceptual, sino que está en las sensaciones.

Si un ser puede experimentar dolor entonces tendrá el interés en evitar dicho dolor o la causa o fuente que lo provoca. Si un ser puede experimentar placer entonces tendrá interés en repetir aquella conducta que le causa placer. Así ocurre con todas las sensaciones. Decir que alguien puede sentir dolor, o sentir placer, pero que no tiene interés en evitar o buscar dicho dolor o placer, es contradictorio en los términos. Por tanto, en todo ser sintiente hay intencionalidad.

Como señala, de nuevo, Llinás; una característica peculiar de los animales es el movimiento, y para poder movernos con éxito necesitamos tener una mente que genere una representación interna del mundo exterior a nuestro organismo para poder dirigirnos en él evitando los peligros y buscando los beneficios. Esto es lo que denominamos sentidos: vista, oído, olfato, tacto,...

A menudo se dice que otros animales se mueven por "instintos", pero hablar de instintos es lo mismo que hablar de sensaciones. Cuando mencionamos, por ejemplo, el instinto de supervivencia o el instinto sexual, nos referimos a determinadas sensaciones, emociones y deseos que experimentamos. Luego si otros animales tienen instintos entonces son seres sintientes por definición. Decir que poseen instintos es decir que experimentan deseos e intenciones. Y no se pueden tener deseos e intenciones sin una conciencia básica de dichas experiencias.

Podemos decir que todos los seres sintientes son también inteligentes en el sentido de que poseen pensamientos y memoria. Aunque ambas son funciones autónomas, están directamente interrelacionadas. No hablamos de inteligencia como pensamiento abstracto, conceptual o discursivo, sino más bien como estados intencionales.

¿Cómo sabemos que los moluscos son seres sintientes? En algunas especies dentro del grupo de los moluscos contamos con evidencias claras acerca de su capacidad de poder experimentar sensaciones.

Las almejas son moluscos y también son uno de los animales que tienen un sistema nervioso más básico o sencillo. Si se demuestra que ellas efectivamente sienten —y teniendo en cuenta todos los datos que se han recopilado durante décadas de investigación neurocientífica en animales no humanos— entonces lo más razonable es deducir que todos los demás animales con sistema nervioso también sienten en efecto.

Una de las maneras más fiables de reconocer la sintiencia en otros animales es la comprobar si efectivamente sienten dolor —aunque la sintiencia abarca muchas otras más experiencias subjetiva aparte del dolor.

Para poder sentir dolor es necesario tener receptores nociceptivos. La nocicepción es una modalidad sensorial somática que tiene una importante función protectora, ya que focaliza la atención en un estímulo nocivo que amenaza la integridad del organismo y que debe, por ende, ser evitado.

La capacidad para responder a estímulos nocivos es una característica básica de todos los organismos de la escala filogenética, desde los unicelulares hasta los mamíferos. Por ejemplo, en anélidos existe un grupo celular [células N] considerado como nociceptor; los pulpos tienen vías nerviosas que conducen información nociceptiva. En otros phyla que poseen un sistema nervioso similar al de los moluscos —como es el caso de los cefalópodos— también se han descrito conductas que pueden considerarse antinociceptivas.

Sabemos que las almejas poseen ganglios donde se han centralizado las neuronas aferentes —las neuronas que realizan la función específica de procesar percepciones subjetivas. Sabemos que segregan neurontransmisores como la dopamina y sustancia opiáceas que están directamente asociadas a la regulación del placer y del dolor. También sabemos que son capaces de reconocer estímulos dañinos y procuran evitarlos de forma deliberada. Cuando se les administran sustancias narcotizantes, sus reacciones antes estímulos dañinos cambian notablemente, lo que sugiere sin duda que su reacción está mediatizada por el dolor, es decir, por una experiencia consciente.

¿A pesar de todo eso tenemos que suponer que ellas no sienten cuando todas las evidencias apuntan claramente a que son seres conscientes? No veo argumento que refute la interpretación de estas evidencias en favor de la conciencia. Tal y como explica Carlos Piñeiro:
«Ocurre que, incluso las almejas, tienen su pequeño sistema nervioso. Y si analizamos lo que ocurre en él, vemos que al detectar sal en el agua, ese sistema nervioso “intuye” la presencia de alimento, y prentende “motivar” a su cuerpo para buscar comida, y para eso libera dopamina. Es su sistema de recompensa, a la almeja “le gusta” la sal, y ese es el placer que la moviliza para buscar alimento. ¿Estoy diciendo que sienten placer las almejas? No voy a entrar en discusiones filosóficas sobre como viven el placer las almejas, pero lo cierto es que se trata de un sistema de recompensa mucho más simple y reducido, pero de función muy similar al nuestro. De hecho comparte el mismo neurotransmisor, nuestra vieja amiga la dopamina.»



Es cierto que la dopamina realiza varias funciones en el sistema nervioso. Pero ¿por qué suponer que sólo en los vertebrados realiza la función de regular las sensaciones, y no también en los invertebrados cuando ya contamos evidencias que muestran que la supresión de la dopamina ralentiza e inhibe las reacciones ante estímulos dañinos? Eso parece una discriminación arbitraria, prejuiciosa. Tendemos a suponer, sin una buena razón, que sólo los animales más similares a nosotros son capaces de sentir. 

En otros moluscos —concretamente en los caracoles— se ha encontrado que los opioides modulan la respuesta ante estímulos térmicos nociceptivos así como la actividad de algunos grupos neuronales. Es decir, poseen los receptores necesarios para poder sentir dolor y, además, segregan las sustancias neurotransmisores que el organismo utiliza para aliviar la sensación de dolor.

Junto con los moluscos hay otro grupo de animales muy parecidos en fisiología que son los celentéreos. El animal más conocido dentro este grupo es la medusa.

A pesar de ser más difuso y no contar con un cerebro propiamente hablando, el sistema nervioso de las medusas no está carente de centralización en forma de núcleos neuronales donde se da la integración y procesamiento de la información sensorial. De hecho, una de las maneras en las que tiene lugar la sintiencia de las medusas es a través de sus primitivos ojos, que les permiten, cuanto menos, captar las diferentes longitudes de ondas electromagnéticas de su entorno: el color. En función de lo que ven, las medusas pueden identificar y buscar lo que les es favorable y alejarse de las amenazas, una facultad que les ha permitido sobrevivir durante millones de años.

No es necesario poseer propiamente un cerebro para poder sentir. El cerebro es solamente una parte sofisticada del sistema nervioso, es decir, es un desarrollo de grado. Pero la capacidad de sentir es una cualidad, no una cuestión de grado —aunque la sintiencia como tal admite grados en su contenido. En cualquier caso, casi todos los sistemas nerviosos poseen algún tipo de centralización que podría hacer las funciones que realiza el cerebro en aquellos sistemas nerviosos en los que está presente y que generan la conciencia.

Lo que llamamos cerebro es un tipo específico de concentración neuronal. En realidad, no hay ningún cerebro igual a otro, cada cerebro individual es único. Dentro del cerebro, la zona que procesa las sensaciones es el diencéfalo. Y dentro del diencéfalo el proceso lo realizan determinadas interacciones de neuronas aferentes. Un cerebro que fuera dañado en la zona del diencéfelo perdería la capacidad de sentir y el organismo ya no podría sobrevivir por sí solo. Luego no es el cerebro sino todo el sistema nervioso en general quien realiza la función de la sintiencia, aunque el proceso se centralice específicamente en las neuronas aferentes.

Creer que un ser con sistema nervioso tiene que tener una concentración neuronal como la nuestra para poder sentir es absurdo porque ignora el verdadero proceso según el cual se origina la sintiencia. De hecho, se ha intentado negar que otros animales no podían ser conscientes porque carecían de neocórtex [aves, reptiles, peces,...] pero se ha descubierto que el neocórtex realiza funciones puramente cognitivas —tal y como explica Antonio Damasio— y que no tienen que ver con la existencia de la sintiencia como tal. Por lo que la conciencia puede existir perfectamente sin necesidad de neocórtex.

Pretender negar la sintiencia en otros animales que poseen una centralización nerviosa de diferente estructura a la nuestra no es razonable cuando sabemos ya que la conciencia se origina por las interacciones de las neuronas. Y esa interacción puede realizarse en concentraciones neuronales que no exactamente como las de nuestro cerebro humano.

Ahora bien, si cuando hablamos de "cerebro" nos referimos a cualquier centralización neuronal, entonces de acuerdo: sólo quien tiene cerebro puede sentir. Es decir, todos los seres con sistema nervioso exceptuando quizás sólo a las estrellas de mar y las anémonas, pues carecen de centralización conocida y su sistema nervioso pudiera ser que sólo realice una función refleja. Así aparece expresado además en los modernos manuales sobre fisiología animal.

Es evidente que el mero hecho biológico de la vida, o las evidencias etológicas por sí solas, no justifican deducir que un ser puede sentir. Pero los argumentos que se exponen aquí para explicar la sintiencia no están basados en ninguno de esos puntos. Los argumentos se fundamentan en las evidencias neurofisiológicas. Y si se menciona la conducta, en algún momento, ésta se conecta con la actividad específica del sistema nervioso que la genera.

Por otra parte, si bien la complejidad del sistema nervioso puede tener en efecto relación con la complejidad del fenómeno de la sintiencia, eso no implica que, una vez dados los requisitos neurológicos necesarios para que exista la subjetividad, las percepciones sensoriales sean menos intensas o menos importantes para el sujeto que las experimenta. La idea de que existe una supuesta jerarquía sensitiva entre seres sintientes no se justifica.

¿Por qué deberíamos suponer que un bebé humano siente "menos" dolor o "menos" placer que un adulto en plenas facultades? Es razonable deducir que los bebés carecen de la capacidad de generar sentimientos complejos, pero eso no significa que sus sensaciones y emociones sean menos intensas que las nuestras, o que les importen menos que a nosotros. De hecho, recientes estudios han descubierto que los bebés experimentan el dolor de forma tan intensa o más que los adultos. Entonces ¿por qué deberíamos suponer que otros animales con sistemas nerviosos menos complejos no experimentan sensaciones y deseos tan intensos como los nuestros?

No hay ninguna razón que justifique asegurar que la sensación tenga que ser diferente según la especie del individuo. Si el individuo en cuestión posee un sistema nervioso centralizado —con el tipo específico de neuronas que procesan percepciones en forma subjetiva— y además sabemos que generan neurotransmisores asociados a la experiencia sensitiva, entonces lo que no sería razonable en ningún caso es suponer que no sienten o que sienten de forma radicalmente distinta.

A la luz de las evidencias, negar la sintiencia en animales que tienen un sistema nervioso centralizado no me parece justificado y sugiere una negación motivada por prejuicios especistas contra otros animales sólo porque ellos son muy diferentes a nosotros en aspecto y tamaño, o porque la complejidad de su sistema nervioso no es similar a la nuestra.

En definitiva, si bien es cierto que no podemos tener una certeza completa al respecto, parece bastante claro que todas las evidencias apuntan a que lo más razonable sería deducir que los moluscos son seres sintientes, por las razones expuestas anteriormente basadas en todos los datos empíricos que tenemos a nuestra disposicion. Lo mismo se podría suponer de todos los demás animales que posean similarmente un sistema nervioso centralizado.

La opción más razonable está en concluir que sí están dotados de conciencia. Y si son seres conscientes entonces deberíamos respetarlos como personas, y no tratarlos como propiedades.


Referencias:

Misael Bañuelos García; «Psicofisiologia Del Dolor» [1915]

Rodolfo Llinás; I of the Vortex, From Neurons to Self [2001]

León-Olea &, Miller-Pérez & Cruz & Antón & Vega & Soto; «Immunohistochemical localization and electrophysiological action of nociceptin/orphanin-FQ in the snail (Helix aspersa) neurons.» [2001]

Marta León Olea; «Evolución filogenética del dolor» [2002]

Hill & Wyse & Anderson; «Fisiología Animal» [2004]

Jennifer Mather; «Cephalopod consciousness: Behavioural evidence. Consciousness and Cognition» [2008]

Walters & Moroz; «Molluscan Memory of Injury: Evolutionary Insights into Chronic Pain and Neurological Disorders» [2009]

Antonio Damasio; «Self Comes to Mind» [2010]

Crook & Walters; Nociceptive Behavior and Physiology of Molluscs: Animal Welfare Implications [2011]

Feinberg & Mallat; «The Ancient Origins of Consciousness: How the Brain Created Experience» [2016]

11 comentarios:

  1. La consciencia es una propiedad emergente del sistema nervioso.
    Si tenemos una neurona, nadie se atrevería a decir que esta es consciente por si sola, necesita una red, si tenemos dos? tampoco.. gradualmente, llegará el momento, en que una red sea lo suficientemente compleja y ya diremos que es consciente. Pero tiene sentido que llegando a ese umbral, bruscamente aparezca una conscienta tan intenta como la humana? casi nada en la naturaleza ocurre así, en general, siempre encontramos que las propiedades emergentes se manifiestan gradualmente, y es totalmente esperable que la consciencia no sea la excepcion.

    Desde el punto de vista neurobiológico, efectivamente lo más probable es que un bebé al nacer tenga una conciencia menos intensa que un adulto, ya que aún su cerebro está en formación. De hecho, personas con daños en partes claves de la precorteza, manifiestan sentir menos emociones que individuos sanos, al punto de que en casos extremos, no manifiestan ni alegría ni tristeza por las circunstancias postivas o negativas que viven.

    La evidencia cientifica apunta con bastante claridad a que existen diferentes niveles de consciencia.

    la reacción a estimulos por parte de moluscos como la concentración de sal no significa nada, ya que incluso organismos unicelulares como las E.Coli manifiestan chemotaxis, esto es, movimiento inducido por gradientes de concentración, que también es útil para buscar comida, pero no creo que nadie razonable afirmaría que las células procariotas sienten.

    Soy vegano, pero tu artículo es muy poco riguroso en la parte cientifica. Hay buenos argumentos para defender el veganismo, no es necesario utilizar los malos ;)

    Saludos

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    1. En primer lugar; no sé de dónde sacas que la conciencia humana es más "intensa" que la de otros animales. ¿En qué pruebas te basas? En nada. Simplemente en nada.

      Tu argumentación para intentar asociar la intensidad a la complejidad es exactamente el mismo tipo de argumento erróneo que se usó para afirmar que los bebés no sentían dolor (o que apenas eran conscientes de él) cuando resulta que las pruebas empíricas han evidenciado que la intensidad de sus sensaciones es análoga a la de los adultos:

      «Algunas personas han argumentado que los cerebros de los bebés no presentan un desarrollo suficiente para que realmente puedan “sentir” dolor, y lo que se observa como “dolor” no es más que una reacción de reflejo. El nuevo estudio, sin embargo, proporciona la primera evidencia muy fuerte de que ese no es el caso, y que los bebés sí experimentan dolor.»

      http://cienciaaldia.com/2015/04/los-bebes-sienten-tanto-dolor-como-los-adultos/

      No tenemos ninguna razón para pensar que la intensidad de las sensaciones en otros animales sean menos intensas, o menos importantes para ellos, que las nuestras. Más bien las evidencias apuntan a lo contrario. La complejidad del sistema nervioso no está asociado de forma inherente a la intensidad. Son dos categorías distintas. Igor Sanz lo explica acertadamente en este artículo:

      http://lluvia-con-truenos.blogspot.com.es/2015/02/una-critica-al-gradualismo.html

      Y con la inteligencia ocurre lo mismo que con la sintiencia:

      http://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/numero/56/la-astucia-de-los-crustceos-9075

      Además, veo que no sólo confundes complejidad e intensidad sino que también confundes esos conceptos con la variedad. ¿Qué tiene que ver con todo esto el dato de que humanos con lesiones cerebrales ya no pudieran supuestamente experimentar alegría o tristeza? El mero hecho de que alguien pierda variedad de emociones no implica que pierda intensidad al experimentar aquellas que sí puede sentir. Lo confundes todo.

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    2. Nadie niega que haya "niveles de conciencia". Pero esos niveles no tienen que estar asociados a determinadas especies necesariamente.

      ¿En qué te basas para acusarme de ser "poco riguroso" en la parte científica? En nada. De hecho, cada cosa que digo está avalada por pruebas o estudios. Por ejemplo, sobre la conciencia de los moluscos he enlazado este artículo representativo (que no es el único al respecto):

      http://www.researchgate.net/publication/6563215_Cephalopod_consciousness_Behavioural_evidence._Consciousness_and_Cognition_17_37-48

      Yo no aporto un listado de bibliografía porque esto no es un artículo de ciencia aunque sí está basado en la evidencia científica. Esto es un artículo divulgativo y la bibliografía viene enlazada para facilitar la lectura. No considero que los artículos de divulgación en internet deban incorporar una bibliografía, aunque sí enlazarla. Pero parece que ni siquiera te la habías mirado, ¿verdad? Supongo que las ganas de insultar te impedían consultar las evidencias en las que me baso.

      La reacción a los estímulos por parte de los moluscos sí que significa algo. Pareces ignorar por completo que esas reacciones son producidas por el sistema nervioso y pueden implicar conciencia. Especialmente en aquellos casos en los se aprecia claramente que modifican la conducta consciente del individuo. Pero en ningún caso se está argumentando la existencia de conciencia sólo en base a reacciones sobre estímulos.

      Que supuestamente seas vegano me resulta, y es, completamente indiferente acerca de la cuestión que estoy tratando, así que mencionar ese dato es otro error por tu parte. Sólo sirve para demostrar que un vegano, por el mero hecho de serlo, no es más racional ni más razonable que un no-vegano.

      No has demostrado que mi artículo sea "poco riguroso" o que yo use "malos" argumentos. Simplemente descalificas sin justificación. Para mí eso es equivalente a insultar. Aunque en realidad eres tú quien se descalifica al demostrar tu nulo conocimiento sobre lógica y neurociencia.

      Tu comentario es un completo despropósito. No sólo no aportas ninguna clase de refutación razonable sino que además usas falacias y errores categoríales para, al final, insultar mi artículo. Así que espero que rectifiques.

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    3. A mí me parecieron muy buenos argumentos. No se basa sólo en si hay o no irritabilidad, la que también puede existe en seres vivos sin sistema nervioso, sino en la existencia de determinados tipos de neuronas o la producción de ciertos neurotransmisores que sí están vinculados con la sensación de dolor en humanos. Me pareció muy interesante el artículo. Considerando los argumentos voy a tener más respeto por los moluscos bivalvos. No como animales pero tenía mis dudas. Ahora, aunque sigo teniendo dudas porque nada de esto es seguro, voy a argumentar más contra el uso de moluscos en la alimentación.

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  2. Luis, espero que no sea molestia pero es que quería saber qué opinas de este comentario relacionado a los bivalvos y la consideración moral hacia ellos:

    "Los bivalvos sienten y las motas de polvo tienen masa. Y así como despreciamos esa masa para calcular trayectorias debido a la casi nula interacción, deberiamos despreciar esa sintiencia en los juicios éticos. Cualquier cuestionamiento hacia los humanos que los perjudican produciría mucho más sufrimiento que el que podría alguna vez procesar el sistema nervioso de un bivalvo"

    Lo leí en una pagina vegana. Saludos

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    1. Opino que esa analogía es errónea. Principalmente por dos razones:

      Primero; porque no sabemos si la sintiencia de los bivalvos es equiparable con la masa del polvo. Tenemos evidencias de que ellos sienten, pero no conocemos la intensidad subjetiva de sus experiencias. Por tanto, el autor de esa analogía creer saber algo que nadie sabe.

      Segundo; porque aunque la intensidad o variedad de las experiencias sensitivas de los bivalvos fueran supuestamente mucho más reducidas que las de otros animales, eso no justifica ignorarlos ni despreciarlos. Si son seres sintientes entonces son seres con valor inherente y merecen igual consideración moral por nuestra parte.

      Además, la analogía se basa en un criterio especista que establece la sintiencia humana como baremo para juzgar la sensibilidad del resto de animales.

      Aparte de que no tiene ningún sentido afirmar que el hecho de cuestionar la explotación de los bivalvos y pedir que sean respetados supone "producir sufrimiento". ¿Por qué diantres iba a "producir sufrimiento"? Eso es absurdo. Me recuerda a la gente que dice que sólo debemos pedir derechos para perros y gatos y no debemos cuestionar la explotación vacas y cerdos. O que sólo debemos enfocarnos en mamíferos y aves e ignorar al resto de animales. Especismo.

      Por cierto, dudo mucho que esa página sea "vegana". Dado que su argumentación parte de la obsesión utilitarista con el sufrimiento, estoy casi seguro de que es una página bienestarista, es decir, anti-vegana.

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  3. Bastante interesante.
    Algo que no me queda claro es si los veganos nos alimentamos únicamente de seres no-animales o de seres no-sintientes.
    En caso la segunda opción sea verdad, ¿Sería coherente con la moral veganacomer comer un animal no-sintiente?.
    Explica eso por favor desde un punto de vista carente de dogmas, gracias.

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    1. Veganismo es el rechazo a la explotación animal, es decir, al sometimiento de los animales no humanos como recursos de los humanos.

      Cuando decimos animales nos referimos a los animales sintientes. La sintiencia está ligada materialmente a la existencia de un sistema nervioso.

      Si bien, no está demostrado que todos los seres con sistema nervioso sean seres conscientes. Hay dudas sobre ello en el caso de estrellas de mar, mejillones, y otros animales que carecen de centralización en su sistema nervioso y aún no está claro si dicho sistema opera más allá de funciones reflejas. Pero cabe al menos la posibilidad de que sean sintientes.

      Sin embargo, el resto de animales que poseen un sistema nervioso centralizado —esto es, con cerebro o ganglios cerebrales— sí parecen ser claramente seres conscientes de acuerdo a todas las evidencias que se han recopilado hasta ahora.

      Sobre mamíferos y aves no existe ninguna duda. Sobre reptiles, anfibios, y peces, la evidencia también es muy fuerte. Y sobre muchos otros animales catalogados como insectos, arácnidos, crustáceos y moluscos también hay pruebas que indican claramente que pueden experimentar sensaciones. A mi modo de ver, lo razonable es considerarlos seres conscientes.

      Ahora, sobre aquellos animales respecto de los que no hay evidencia de que sientan, pienso que debemos establecer el beneficio de la duda y tratarlos como seres sintientes, en tanto que exista la posibilidad de que posean conciencia. Esto no se aplicaría a seres catalogados biológicamente como animales que carecen de sistema nervioso como es el caso, por ejemplo, de las esponjas de mar.

      Por cierto, aquí no se defiende ningún "dogma". Así que deberías explicar a qué viene tu mención sobre los "dogmas".

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  4. Moi interesantes as reflexións que expós, a verdade. Grazas por compartilo coas demáis. Un saúdo!

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  5. Luis, en un momento al principio mencionas que las medusas son moluscos cuando en realidad son cnidarios.

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    1. ¿Cuál relevancia tiene esa diferencia en lo que se refiere a la estructura de su sistema nervioso?

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