12 de diciembre de 2013

El problema de fondo que sigue sin comprenderse




«Nuestro error fundamental no está en el hecho de que encerremos a los animales, causándoles soledad y angustia, en que les provoquemos sufrimiento, o en que ignoremos sus deseos. Claro que todo eso está mal, pero no es el error fundamental. Son consecuencias de nuestro fundamental error moral, que consiste en ver a los animales como seres que carecen de valor intrínseco, como recursos para nuestro beneficio.» Tom Regan

A pesar de lo que habitualmente parece creer casi todo el mundo —o lo que algunos animalistas se empeñan en divulgar a menudo— el problema moral en nuestra relación con los demás animales no está solamente en si les causamos daño físico o en si les hacemos sufrir. Esto es un error central que todavía no ha sido advertido ni por la sociedad ni por el movimiento animalista en general.

La cuestión de fondo está en que nosotros no tenemos derecho a utilizar a otros animales para nuestro beneficio. No estamos legitimados en usarlos para nuestros propósitos, sean los que sean. Independientemente de si al hacerlos les causamos daño o sufrimiento. Del mismo modo que no tenemos derecho a utilizar a otros humanos para nuestros fines sin su consentimiento explícito, aparte de si se les causa daño o sufrimiento. No hay razón que justifique moralmente estos actos. Y si no hay una razón entonces significa que al hacerlo nos estamos basando simplemente en nuestro beneficio o capricho.

De hecho, el motivo habitual por el que evitamos hacerles daño, o nos preocupamos por su bienestar, no tiene que ver con ellos mismos, con sus intereses, sino con el provecho que podemos sacar de ellos. Nuestra relación con los demás animales está basada en la utilización que hacemos de ellos. He aquí el problema fundamental.

Utilizar a otras personas, humanas o no humanas, sin tener en cuenta su libre voluntad, su consentimiento, significa tratarlas como objetos. En esto consiste la explotación.

Explotación es usar a otros seres como simples medios para nuestros fines. Hacer esto con seres que no sienten, que no tienen conciencia [minerales, plantas, máquinas] puede ser aceptable. Pero no lo es hacerlo con seres que pueden sentir y que tienen su propia voluntad e intereses.

Tenemos sometidos a los demás animales a la condición de propiedad, es decir, a la esclavitudEsclavitud significa adueñarse de otras personas, es decir, considerarlas propiedades: meros recursos para nuestro beneficio. Este es el estatus que tienen actualmente los animales no humanos en nuestra sociedad. Todos ellos, sin excepción, son propiedades de los humanos. Algunos son propiedades de particulares, otros de empresas, y otros del Estado, pero todos los animales están clasificados como propiedad.

Cuando unos humanos son propiedad de otros humanos esto se considera esclavitud. Lo mismo vale para los demás animales. La especie de los individuos es irrelevante. 

Si el único problema moral en nuestra relación con otras personas fuera el hecho de infligirles sufrimiento entonces se podría justificar la esclavitud con la excusa de que la esclavitud no siempre tiene necesariamente que infligir sufrimiento a sus víctimas.

Del mismo modo, también se podría justificar muchos otros crímenes, como la violación sexual, la pederastia y el abuso de menores. Con la misma excusa de que no necesariamente al utilizarlos para fines sexuales se les tenga que causar daño o sufrimiento.

Pero la cuestión es que utilizar a alguien para nuestro beneficio sin que pueda dar su consentimiento explícito e informado —como es el caso de niños, ancianos o discapacitados mentales— significa dejar de respetarlo como persona para pasar tratarlo como un si fuera un objeto de nuestra propiedad. Hacer esto con seres humanos no es aceptable. Pero tampoco lo es cuando se trata de otros animales.

Las vidas de los demás animales están determinadas por nosotros a cumplir alguna función de utilidad para los humanos. La continuidad de su vida, su libertad de movimiento o su bienestar están supeditados a lo que nosotros decidamos para nuestro beneficio.  En esto consiste la opresión especista sobre los no-humanos. Consideramos a los otros animales como medios para fines humanos y no como fines en sí mismos. Los cosificamos. No les reconocemos que tengan derecho a vivir o a estar libres de nuestra dominación para que ellos pueda llevar una existencia independiente, autónoma, en la que realicen sus propios proyectos de vida.

Cuando decimos que los demás animales son considerados como meros recursos, lo que queremos decir con esto es que son considerados moral y legalmente como propiedades. Su estatus es el de propiedad de los humanos. Carecen por completo de derechos y de protección legal de sus propios intereses. Ellos son considerados meros recursos para satisfacer necesidades y deseos humanos.

Los seres humanos también son en cierto modo considerados ocasionalmente como recursos, pero no como meros recursos. Es decir, no se les puede utilizar exclusivamente como si sólo fueran recursos. Los seres humanos son respetados como personas y sujetos de derechos. Esto quiere decir que no se les puede usar, para beneficio de otros, sin su consentimiento o a costa de violar sus derechos básicos. Pueden ser tratados instrumentalmente sólo en el caso de que den su consentimiento explícito e informado y no sea a costa de vulnerar sus derechos; en este ámbito moral rigen las relaciones económicas y laborales en la sociedad.

Por tanto, usar a alguien como recurso sólo sería moralmente aceptable si se hace con su consentimiento explícito e informado, y se respetan sus derechos. Esta situación sólo puede darse con seres humanos adultos y en plenas facultades mentales. En cambio, los demás animales no pueden darnos su consentimiento explícito e informado, por lo que usarlos como recursos es siempre inmoral: es contrario a la ética básica.

Los seres humanos no son considerados como meros recursos, como propiedades, en nuestra sociedad. Al contrario de lo que hacemos con los demás animales, a los humanos no los sometemos para usarlos como comida o como vestimenta, o como sujetos forzados de entretenimiento y experimentación.

Si en nuestra sociedad no comemos seres humanos, ni en general está aceptado que les explotamos como meros recursos, entonces es el prejuicio del especismo la verdadera causa que impide que respetemos de la misma manera a los demás seres conscientes. Excluimos a otros animales de nuestra consideración moral por el simple hecho de no ser humanos.

No pongo en duda la preocupación sincera de mucha gente por el bienestar de los animales no humanos que explotamos. Pero pensemos por un momento si nos parecería justo que otras personas nos tuvieran sometidos de por vida sin tener en cuenta nuestro consentimiento y nos utilizaran para sus propios fines, aunque fuera sin hacernos daño. ¿Nos parecería justo? Y si no es así ¿por qué aplicamos un criterio sobre otros animales que no aceptamos para nosotros mismos? Por especismo.

La ética no se limita sólo a la consideración por el bienestar. La ética tiene que ver primeramente con el reconocimiento el valor intrínseco que poseen todos los seres sintientes, es decir, con el hecho de reconocer que ellos poseen un valor en sí mismos y por sí mismos, que es diferente del valor instrumental que nosotros podamos darles. De este modo lo expresa el profesor Tom Regan:

«Todos los animales son alguien. Alguien con una vida propia. Detrás de esos ojos hay una historia, la historia de su vida en su mundo como ellos lo experimentan. En nuestra cultura, nos han hecho pensar en los animales como cosas, como mercancía. El gran desafío yace en un cambio de percepción. La comprensión de que ellos tienen una vida propia, independiente de su utilidad para mí o para cualquier otra persona: esto es lo que estoy intentando establecer cuando me refiero a ellos como *sujetos de una vida*. En este sentido, son exactamente como nosotros, iguales a nosotros.»

Respetar este valor moral intrínseco en los demás animales implica no utilizarlos; no tenerlos sometidos a la condición de nuestra propiedad, no tratarlos como simples medios para nuestros fines. Se trata del mismo criterio de consideración moral básico que ya reconocemos entre humanos. La especie no es un criterio justificado para discriminar a otros individuos de este criterio moral.

Siempre que no interferimos en sus hábitats naturales, los demás animales se constituyen como seres independientes y autónomos que viven sus propias vidas en libertad, en sus propios términos. Todos los animales no humanos que son ahora propiedad de los humanos fueron originariamente secuestrados de su hábitat natural, donde vivían en libertad, o son descendientes de aquellos que fueron sometidos mediante la coacción. 

Remediar esta dinámica explotadora implica que debemos dejar de participar y apoyar el uso de animales no humanos. Sin importar de qué uso se trate. Por eso el primer paso fundamental para remediar nuestra injusta relación con los demás animales es el veganismo. El veganismo es algo que podemos entender fácilmente y que podemos llevar a la práctica ahora mismo, sin esperar a que haya leyes que lo aprueben.

La cuestión de fondo es si vamos a tomarnos en serio a los demás animales y vamos a basar nuestra conducta en la ética. O si de lo contrario vamos a seguir viéndolos como seres inferiores que sólo importan por su valor de utilidad para nosotros. Si elegimos hacer esto último no estaremos actuando de forma diferente a todos aquellos que explotan a otros humanos. Es la misma mentalidad cosificadora que sólo valora a otros individuos en tanto que podamos utilizarlos para nuestro provecho.

No tenemos que mirar a otro lado si queremos reconocer abusos por parte de quienes se creen legitimados a actuar así por el hecho que son más inteligentes o más poderosos. Mirémonos a nosotros mismos y lo que estamos haciendo a los demás animales.

Mientras no erradiquemos de nuestra mentalidad y de nuestra práctica esa idea de que los demás animales son medios para nuestros fines no habrá ningún avance sustancial en nuestra relación moral con ellos y seguiremos sometiéndolos a nuestra dominación.

Si de verdad nos vamos a tomar en serio los intereses de los demás animales, entonces tenemos que dejar considerarlos como instrumentos que existen para nuestro beneficio y comprender que ellos son personas: individuos con sus propios intereses, que tienen un valor moral intrínseco que debemos respetar.

«Una teoría sensata y coherente sobre los derechos de los animales debería centrarse en solo un derecho para todos los animales: el derecho a no ser tratado como propiedad de los seres humanos.» ~ Gary L. Francione

11 comentarios:

  1. Considero que el problema de fondo no se comprende porque no se comparte, o porque no se acepta que dichas premisas sean válidas. Me explico:

    En tu tesis mencionas:
    "Pero la cuestión es que utilizar a alguien para nuestro beneficio sin que pueda dar su consentimiento explícito e informado (como es el caso de niños, ancianos, o discapacitados) significa dejar de respetarle como persona para pasar tratarle como un si fuera un objeto de nuestra propiedad. Hacer esto con seres humanos no es aceptable. Pero tampoco lo es cuando se trata de otros animales."

    Pero si se fuese consecuente con eso no se podría mandar al niño a que vaya a la tienda por algo, no se le podrían imponer obligaciones, no se le podría impedir que haga acciones que atenten contra su propia vida o bienestar (pues el principio de libetad supera al de bienestar), etc. De hecho no podría haber educación, pues la educación pone límites, busca adoctrinar al nuevo humano al sistema cultural de turno para sacar provecho de él, así sea sólo para que no robe, no mate, no desestabilice la cohesión social, etc. Esto sigue siendo sacar provecho. Y sigue siendo explotación si recurrimos a la definición que das "Explotación es usar a otros seres como simples medios para nuestros fines." Las sociedades siempre serán sistemas de explotación humana, pues son producto de la cultura y la cultura (como señalaba Freud) busca también frenar nuestras pulsiones y deseos, pues ellos pueden generar malestar en la sociedad, pero al mismo tiempo dicha represión puede generar malestar en el individuo, pero no se puede ver al individuo como un fin en sí mismo si se quiere mantener la estructura social, por lo que se le empieza a ver como un medio.

    Siempre se busca sacar el provecho de las personas sean estas conscientes de ello o no, tengan o no la capacidad para dar su consentimiento. El ver a las personas sólo como fines en sí mismas y no como medios para el beneficio general, es para mí algo bonito, pero es, más allá de poco práctico, imposible. Sin embargo creo que debe haber un equilibrio entre las dos cosas, para no caer ni en el totalitarismo ni en el Anarquismo individualista con libertinaje. Y aquí viene mi segundo punto.

    Los individuos humanos tenemos algunos intereses particulares, variamos en muchos de ellos, pero digamos que hay un patrón en lo que casi todos queremos: Cierto tipo de libertad, bienestar, alegría, tener cosas para lograr, relizarnos, ser reconocidos por otro, etc.

    Pero cuando veo esto:

    "Pero pensemos por un momento si nos parecería justo que otras personas nos tuvieran sometidos de por vida sin tener en cuenta nuestro consentimiento y nos utilizaran para sus propios fines, aunque fuera sin hacernos daño. ¿Nos parecería bien? Y si no es así ¿por qué hacemos a otros aquello que no queremos para nosotros mismos? "

    ¿Por qué hacemos a otros aquello que no queremos para nosotros mismos? a pesar de ser la regla de oro en muchas culturas, considero que este principio puede servir como principio rector para los humanos (y eso que no en todos los casos, pero sí en muchos) pero no para los animales, pues aquí caemos en otro error de algunas ideologías animalistas, y es el de antropomorfizar los animales. Y es que cada especie tiene sus propios intereses, pero no son los mismos que los de nuestra especie (y dentro de los individuos de cada especie puede haber divergencias) por lo que la esclavitud humana no puede ser equiparable al resto de animales por el mero hecho de ser animales como nosotros. Para esto retomo una entrevista que el hizo Eduardo Punset a Marian Stamp Dawkins, profesora de comportamiento animal en Oxford, la cual dejaré en mi próximo comentario pues blogspot no me deja sobre pasar 4.096 caractere.:

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    1. Hombre, es algo obvio decir que esta postura moral no es compartida por la mayoría de la gente. Pero si el problema no se comprende es debido a varios motivos, entre los que incluye sobre todo el prejuicio del especismo. El especismo es la dificultad más importante que impide comprender la noción de los Derechos Animales. Confrontar un prejuicio - y especialmente un prejuicio tan sumamente arraigado como es el especismo - nunca es un trabajo fácil ni rápido. Y este trabajo se podría decir que acaba de comenzar. También señalaría otras dificultades internas como el hecho de que muchas personas que comparten esta noción moral no hacen nada sustancial por difundirlo. Quiero decir que muchos veganos no hacen activismo vegano, ya sea porque realmente no pueden o porque se dedican a otras cosas (por ejemplo: apoyar campañas especistas como la antitaurina o dedicarse a cuidar de animales nohumanos rescatados). Pero quizás esto sea otro tema distinto. En todo caso, este blog pretende ayudar a que el problema se comprenda.

      Bueno, leyendo tus comentarios siento decir que me parece, francamente, que no has comprendido apenas nada de lo que he expuesto aquí. Haces una interpretación muy muy errónea. Por eso, te sugiero que hubieras leído la sección "Acerca de este blog", porque en ella digo que cada entrada de este blog es una página entre otras muchas (más de 200 por ahora) . Por eso pongo enlaces a las palabras clave (palabras en negrita) que te llevan a otras entradas en donde se explica con más detalle la noción señalada. Una sola entrada no explica suficientemente la ética que aquí se defiende. Cada entrada se centra en algún aspecto, algún argumento, hecho o idea concreta, pero no abarca la totalidad del sistema. Es como pretender juzgar el contenido de un libro basándote en una sola página. No es correcto.

      Dicho, esto, ahora explicaré por qué considero que estás equivocado en cómo interpretas lo que expongo aquí.

      Para empezar, apelar a las supuestas consecuencias negativas de una idea no es un argumento válido que refute dicha idea. Por ejemplo, no sería una objeción válida decir que el respeto por las personas no puede ser una premisa moral válida porque si la aceptamos entonces ya no podremos disfrutar violando, asesinando y torturando a personas. ¿Eso es una objeción válida? No. Las consecuencias de aplicar una idea no dicen nada acerca de su verdad o de su corrección moral. Esa objeción es una falacia:

      http://www.falacias.org/falacias/argumentum_ad_consequentiam

      De todos modos, las consecuencias que señalas ni siquiera son correctas. No se derivan de aplicar el principio de respetar a la persona como un fin en sí mismo.

      En primer lugar, el respeto por la persona no significa que una persona no pueda ser nunca usada como un medio para un fin. Lo que implica es que no sea tratada exclusivamente como un medio para un fin. A eso me refiero cuando dije "un simple medio". A lo mejor no fui preciso en la expresión. Una persona puede ser tratada como un medio siempre que esa utilización no viole su valor intrínseco. Es decir, la utilización moralmente aceptable requiere que la persona sea tratada también como un fin en sí mismo.

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    2. Además, me pones el ejemplo de "un niño". Pero un niño está bajo la tutela de sus padres. No es un agente moral, por tanto sus padres están obligados a velar por su bienestar y libertad, ya que él no puede hacerlo por sí mismo. Esto significa que limitar su libertad de movimiento para evitar que se haga daño, o darle educación, no son acciones que atenten contra su respeto. Al contrario. Toda persona busca proteger su propia conservación y bienestar. Los niños también, pero a menudo no tienen conciencia de lo que hacen o les falta conocimiento y experiencia. Por eso hay que educarles para ellos mismos aprendan a ser autónomos y sean moralmente conscientes de lo que hacen. Esta educación no los trata como simples medios para un fin, ni siquiera como medios, sino solamente como fines en sí mismos. Solamente busca beneficiarles a ellos, y motivarles a que desarrollen sus capacidades inherentes.

      Ahora bien, si utilizas un niño para obtener un beneficio para ti mismo, ya sean fines económicos, sexuales, o meramente placenteros, entonces lo estás tratando como un simple medio para un fin. Esto es inmoral. Ellos no han dado su consentimiento, no pueden darlo, y no se trata de un tipo de relación que los considera como fines en sí mismos. Por eso, es correcto que los padres (y otros adultos) velen por el bienestar y la salud de los niños, y que le proporcionen una educación. Porque todo esto se hace solamente en beneficio de los niños. Pero, en cambio, es inmoral obligar a los niños a trabajar, o usarlos para tener relaciones sexuales con ellos, o hacerles cosas que estén motivas para buscar nuestro beneficio y no el de ellos. Porque no se les trata como personas, como fines en sí mismos, sino como simples medios para conseguir un fin.

      Por cierto, no sé de dónde sacas que "el principio de libertad supera al de bienestar". Al menos yo no he dicho nada ni remotamente parecido. Ningún principio puede "superar" a otro. Todos están en el mismo nivel. Al igual que en la lógica, todos los principios se derivan en realidad de un único principio: el principio de identidad. Se podría decir que todos los principios son corolarios de ese mismo principio primordial:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/02/el-principio-de-identidad.html

      También considero que te equivocas en la visión de la sociedad. Una sociedad civilizada no ve a sus miembros como simples medios, sino como fines en sí mismos. Cuando se educa a un niño o se obliga a un adulto a seguir unas normas éticas, no se le está tratando como un medio para un fin, sino que se le inculca el respeto por la persona de acuerdo a su propia capacidad moral. Esto es favorecer el desarrollo del sentido moral. Educar a alguien en el respeto a la persona es tratar a ese alguien como un fin en sí mismo (como un agente moral) para que trate a los demás como fines en sí mismos. No hay ninguna instrumentalización aquí. Tratar a las personas como fines en sí mismas no nos impide moralmente educar a nuestros hijos, o cuidar de su bienestar

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  2. La entrevista completa está en video acá http://www.youtube.com/watch?v=9RXuoyJ-Q7g y en texto acá: http://www.redesparalaciencia.com/wp-content/uploads/2013/02/entrev144.pdf

    Voy a compartir algunos apartes sobre este tema:

    Dice Marian: "Debemos tener en cuenta de algún modo no solo lo que hace que estén sanos, sino lo que quieren. ¿Quieren tener más espacio, quieren estar juntos, quieren estar separados, qué tipo de
    alimento prefieren? También debemos entender este tipo de cosas."

    "en pleno invierno, en Reino Unido, los animales no quieren salir.
    En cambio, ¡en verano sí que quieren! ¡Hay que proporcionarles condiciones diferentes según convenga!
    Hemos descubierto otras cosas que no les gustan...por ejemplo, a los pollos no les gusta salir
    a lugares sin árboles, prefieren ir a zonas arboladas. Podemos darles algo que quieran para instarlos a que salgan. Me parece que es muy difícil decidirlo de antemano, cómodamente apoltronados en una butaca.
    Hay que salir ahí fuera y descubrir lo que realmente resulta más conveniente para la salud de los anima
    les, pero también lo que quieren".

    Y también en el video del minuto 4:48 al 7:30 se menciona que a menudo pensamos que si algo nos beneficia a nosotros como humanos, también beneficia al resto de animales, lo que resulta en antropomorfizarlos, por lo cual debemos recurrir a la ciencia en vez de a nuestras creencias para resolver el problema de qué quieren. (una de nuestras creencias es que no quieren ser explotados pues trasladamos nuestros deseos y se los ponemos al resto como si también ellos los tuvieran, ahí creo que ya hay una falla en ver a la explotación como problema en animales, en trasladar esto de humanos a animales, creer que lo que no queremos para nosotros también es rechazable verlo en los animales sin tener en cuenta qué quieren y qué ha hallado la ciencia ante esta pregunta). Se muestra el ejemplo de las vacas que se les da a elegir entre comer pienso en un lugar cerrado y administrado por sus explotadores, y salir libres a comer a pasto lejos de sus explotadores, y elegían ir a comer lo que le ofrecían sus explotadores el doble de las veces, por lo que se podría deducir que en ese solo aspecto de la vida (la alimentación) las vacas prefieren continuar con el sistema de explotación que con su liberación (del mismo modo en el que un niño de 9 años prefiere en general vivir bajo la explotación de sus padres que vivir en libertad sin tener que cumplir las demandandas de ellos, y del mismo modo en que muchas mujeres han preferido ser criadas de familias adineradas que dejar de ser explotadas por dichas familias, pues se les da algo a cambio que les beneficia). De este modo parece que se halló qué quieren las vacas y que además dieron su consentimiento para seguir en las condiciones de explotación bienestarista en ese aspecto de su vida. Y que quede claro que dije que sólo en ese aspecto, no hablo del resto de cosas en los que las vacas podrían preferir la no explotación.

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    1. dices que la regla de oro se puede aplicar para nuestra relación con los humanos pero no para nuestra relación moral con "los animales" (me imagino que te refieres a los nohumanos). Pero permíteme aclararte que los humanos somos animales y que compartimos con los demás animales todas nuestras cualidades esenciales. No hay ninguna característica que se encuentre de forma inherente en seres humanos que no se encuentre también en otros animales. La diferencia (en el caso de haberla) es siempre de grado, no de clase. Es decir, todos los animales sentimos y razonamos. Hay diferencias de complejidad en la forma en que sentimos o pensamos, pero todos somos iguales en el hecho de ser seres sintientes y racionales, seres con mente y conciencia.

      Por tanto, no hay ninguna razón que justifique discriminar moralmente entre humanos y animales. Apelar a diferencias genéticas, o a diferencias de inteligencia, no tiene relevancia en lo que se refiere a la consideración moral. Además, se trata de criterios que se han usado para discriminar injustamente entre humanos. De ahí proviene el racismo y el sexismo, entre otros prejuicios. Discriminar a las personas en lo que se refiere a la consideración moral nunca está justificado, porque el único requisito necesario para dicha consideración moral es la capacidad de sentir - la cualidad de experimentar sensaciones, de tener intereses, intenciones, deseos.

      Dices que "cada especie tiene sus propios intereses". Bueno, yo no lo voy a poner en duda, pero eso no quiere decir que todos los animales no compartamos intereses básicos que son inherentes a la capacidad de sentir y, por tanto, estén presentes en todos los animales. Por ejemplo: el interés en conservar la propia existencia; el interés en disfrutar de un bienestar; el interés en evitar aquello que nos perjudica; el interés en estar libres de sometimiento. Todos los seres sintientes, por el hecho de ser sintientes, tienen voluntad e proteger su vida y buscar su beneficio. Como explica el profesor Francione, la sintiencia es una cualidad surgida evolutivamente para conseguir la supervivencia y desarrollo de los organismos animales:

      http://sammelpunkt.philo.at:8080/1245/

      ¿Si los demás animales tienen los mismos intereses básicos que nosotros, por qué iban esos intereses a ser ignorados, o a ser supeditados a los intereses humanos? Ninguna razón justifica dicha discriminación. Si los intereses básicos son los mismos entonces, por lógica, deben ser considerados y respetados de manera igual (A=A). La discriminación moral basada en la especie viola la lógica, y por eso es irracional. Si nos basamos en la razón, no podemos aceptarla.

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    2. Reconocer que los demás animales sienten, es decir, que tienen voluntad e intereses no es "antropomorfizarlos". Porque esa cualidad no es exclusiva de los humanos. Al contrario. Cuando negamos o ignoramos deliberadamente que los demás animales tienen voluntad, deseos, intenciones, lo que hacemos es cosificarlos. Es decir, lo que hacemos es considerarlos como objetos, y no como sujetos. Negamos su valor intrínseco y solamente les otorgamos un valor instrumental

      No veo bien qué relevancia tendría, para tu argumentación, las palabras que has citado de Marian Stamp-Dawkins. Lo único que esa declaración respalda es la noción de que los nohumanos tienen deseos, preferencias e intenciones propias.

      Muchos animales nohumanos escapan o tratan de escapar de su cautiverio deliberadamente incluso aunque eso les suponga esfuerzo y sufrimiento. ¿Por qué? Porque desean ser libres. Aunque no tengan la capacidad de pensar abstractamente en el concepto de libertad, ellos desean que otros no les impongan su voluntad. Para eso ya tienen la suya propia. Te señalo algunas evidencias al respecto, sin ánimo de ser exhaustivo:

      http://www.diarioveloz.com/notas/73918-cerdo-escapa-camioneta-que-lo-llevaba-al-matadero-

      http://www.defensanimal.org/noticia/15-monos-escapan-de-un-laboratorio/

      Por tanto, considero que los demás animales tienen un deseo de ser libres. No de ser libres en abstracto, sino que ellos tienen su propia voluntad y quieren satisfacer sus deseos sin que otros interfieran en sus intenciones. No me parece que esto sea nada difícil de comprobar. Si no fuera así no se habrían inventado las jaulas, las cadenas, las argollas, los arneses,... y el resto de instrumentos que tienen como finalidad "domesticar" (someter) a los demás animales.

      Pero incluso aunque fuera cierto que los demás animales no tienen un deseo genuino o peculiar de ser libres, esto no cambiaría nada realmente en el planteamiento moral. Porque todos los seres sintientes son individuos conscientes, es decir, tienen conciencia de sí mismos, de su bienestar, de sus intereses. Por tanto, a nivel empírico ellos son fines en sí mismos. No se trata sólo de una noción moral. Como diría Sartre, son seres para sí. Ésta la diferencia radical entre objeto y sujeto, entre cosa y persona. Luego si tratamos a alguien - a un sujeto - como si fuera un objeto o recurso para nuestro beneficio, estaríamos violando el principio de identidad. Un sujeto no es un objeto. A no es B. Si pretendemos que A=B estamos violando la lógica. El fundamento último de la ética es la lógica. De aquí deriva la noción del valor intrínseco en oposición al valor instrumental. Al valor intrínseco también se la denominada dignidad. Cuando se habla de la "dignidad humana" es a esto a lo que se hace referencia. Aunque la dignidad - el valor intrínseco - no es exclusiva de los humanos, sino de todos los seres sintientes.

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  3. Lo que los hallazgos científicos han mostrado es que los animales buscan bienestar, y no precisamente la libertad que nosotros ideológicamente manifestamos, el utilitarismo busca brindarles lo que le ellos quieren, huir del dolor, buscar el placer, el Veganismo busca que se les reconozcan derechos (un producto de la cultura humana) que ellos no piden y una abolición de la explotación que ellos tampoco manifiestan querer abolir, sin embargo sí manifiestan querer huir del dolor y buscar el placer, por lo que considero que la ideología utilitarista tienen más pilares científicos que el Abolicionismo y el Veganismo entendido de la forma en que se entiende en este blog. Y considero que esta es la base para que personas como Peter Singer, no "comprendan" el problema de fondo, y es que realmente no lo ven, pues este problema de fondo se basa más en creencias humanas y antropomorfizadoras (lo cual se evidencia en esta frase "Esto significa que deberíamos respetar a los demás animales exactamente del mismo modo en que nosotros queremos ser respetados" cuando ese "exactamente" tiene poco de científico y mucho de creencia, más cuando el concepto de respeto varía tanto de cultura en cultura, es tan intangible y además no es evidente que los animales tengan una noción de respeto) que en una búsqueda real de complacer los deseos de los animales ya domesticados. También creo que sucede esto de no comprender el problema de fondo, porque no se evidencia que el explotar a otros seres esté mal siempre que no sufran.

    Otra cosa es que también hay un problema con lo de los derechos animales, pues un ser humano puede elegir no acceder a un derecho, o puede elegir pedirlo, (podemos tener derecho a una nacionalidad, pero hay personas que no lo quieren y no acceden a este derecho pues no es un deber tenerla) se argumentará que un niño con síndrome de Down no puede elegir sus derechos, pero entonces nostros los exigimos y hacemos efectivos por él buscando su bienestar, su máximo placer y mínimo dolor (pero mantiniéndolo, por ejemplo, como NUESTRO hijo y sacando provecho de la compañía o alegrías que nos dé al ganar alguna competencia. Generamos bienestar pero también sacamos provecho. Lo explotamos al fin y al cabo). Lo mismo puede argumentarse para muchos animales, ellos también pueden elegir hacer efectivos su hipotético derecho a no ser explotados, por ejemplo al huir una vaca de quien las ordeña, o al impedir una gallina ponedora que un humano coja su huevo no fecundado mientras no esté clueca, pero no lo manifiestan. Por el otro lado, si se arguye que no pueden decidir hacerlos efectivos, entonces también se puede hacer como se hace con el niño con síndrome de Down, brindarle bienestar y sacar provecho de su existencia (no conozco a nadie que no saque provecho de la existencia de un niño con síndrome de Down). ¿En que radica entonces el error del utilitarismo? Hay una entrada para esto acá, pero considero que las respuestas están más basadas en creencias que en otra cosa, mientras que el utilitarismo está basado también en creencias, (pues también habla del deber ser y no tanto del ser) pero toma hallazgos científicos para fundamentar su posición frente al deber ser y no adopta las creencias de la ética de derechos animales.

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    1. Si aceptamos un criterio basado solamente en los deseos subjetivos, entonces podríamos concluir que si los humanos que son esclavizados no intentan escapar, o no manifiestan su deseo de ser libres, entonces es que no tienen un deseo de no ser esclavizados y por tanto estaría bien esclavizarlos. Como ya señalé antes, aplicar un criterio moral diferente según la especie no está racionalmente justificado.

      Además, cuando he afirmado que debemos respetar a los demás animales "exactamente" como queremos nosotros ser respetados, no me refiero a que seamos "exactamente" iguales en todos los aspectos, pero si somos "exactamente" iguales en el hecho de poseer la cualidad de sentir, en nuestra condición de personas (fines en sí mismos), y en nuestros intereses básicos. Estos son los elementos moralmente relevantes. Obviamente algunos animales necesitamos ropa y otros no. Algunos tenemos pelo y otros plumas. Algunos caminamos con dos piernas y otros con cuatro. Algunos respiramos en el aire y otros en el agua. Hay muchas diferencias secundarias, que deben ser tenidas en cuenta, claro, pero no son éstos las cualidades a las que me refiero que debemos respetar en forma "exactamente" igual. Es decir, un pez y yo somos iguales en que sentimos y deseamos conservar nuestra existencia. En eso debemos ser respetados de forma "exactamente" igual. Pero no debemos ser tratados "exactamente" igual en todos los aspectos, porque unos somos terrestres y otros son acuáticos. Esto hay que tenerlo en cuenta.

      Ahora bien, considerar que los demás animales deben estar libres de nuestra dominación no significa que debamos abandonar a su libre albedrío a los que están actualmente bajo nuestra tutela. Obviamente somos responsables de ellos porque les hemos traído al mundo, somos causa de su existencia. Por tanto, deberíamos cuidar de ellos, aun cuando les dejemos de explotar. Pero cuidar de ellos no justifica nunca que los utilicemos para nuestro beneficio.

      Es por todo esto, que considero que te equivocas al juzgar que la postura de Derechos Animales se basa en "creencias" y no en hechos demostrados. Pues la ética de Derechos Animales se fundamenta puramente en la lógica y en evidencias empíricas comprobables. No hay lugar para las meras "creencias". Los Derechos Animales se basan en la lógica - en el principio de identidad - y aplican la lógica a hechos empíricos comprobados - la sintiencia - para deducir conclusiones morales.

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/11/fundamentacion-logica-de-la-moral.html

      La ética de Derechos Animales se basa exclusivamente en la evidencia, en la lógica. No en creencia ni deseos ni ningún otro fundamento que no tenga base puramente racional.

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    2. Explotar a otros animales está mal porque es una violación del principio de igualdad - o igual consideración -, el cual a su vez está basado en el principio lógico de identidad (A=A). Es decir, si nosotros tenemos un interés en vivir (o un interés en evitar el sufrimiento, o en evitar el daño, o en disfrutar de un bienestar, o en ser libres para actuar) entonces ¿por qué si otros individuos tienen esos mismos intereses no deberíamos respetarlos del mismo modo que los nuestros si son los mismos (A=A) intereses? No me refiero a cualquier deseo subjetivo, sino a los intereses que son básicos e inherentes a todo ser sintientes. Luego si hay intereses que son moralmente relevantes, la lógica nos obliga a considerarlos y respetarlos exactamente del mismo modo. Puedes leer una explicación más detalla en este enlace:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/09/el-principio-de-igualdad.html

      Me parece que confundes en tu noción de derechos los derechos morales con los derechos legales. No son lo mismo. Estos últimos se basan en lo que diga la ley, pero los derechos morales se poseen independientemente de las leyes y de los gustos personales de cada uno. Son intrínsecos a cada individuo. La noción moral de derechos es otra forma de decir que los agentes morales tenemos la responsabilidad de respetar los intereses

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/02/derechos-legales-y-derechos-morales.html

      Afirmas que nosotros "explotamos" a nuestros hijos. Bueno, esa afirmación es bastante más que cuestionable. Aunque en realidad ni siquiera es un argumento. Lo que hagamos o dejemos de hacer no es ningún argumento que justifique moralmente una conducta. "Todos explotamos a nuestros hijos, por tanto... no hay nada de malo en que explotemos a nuestros hijos o en el hecho mismo de explotar a otros." Eso es una falacia de apelación a la práctica común.

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/07/falacia-de-apelacion-una-practica-comun.html

      ¿Acaso nos comemos a nuestros hijos, les arrancamos la piel, los usamos en experimentos a costa de su salud y su vida? No confundas el mero hecho de que un padre obtenga placer cuidando o jugando con su hijo con la explotación. Si usas a un niño para tus propios fines es explotación. Si al hacer cosas que le benefician (y lo haces solamente por su propio beneficio) obtienes satisfacción, entonces eso no explotación. Explotar es usar a alguien exclusivamente como un medio para un fin. No dudo de que haya algunos padres que hagan esto pero no es generalizable ni inherente a la propia relación paterno-filial.

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    3. Lo que hacemos con los otros animales sí es explotación porque les consideramos y tratamos exclusivamente como medios para nuestros fines. Por eso los criamos, los tenemos privados de libertad y los matamos. Un explotador también se preocupa por el bienestar de sus esclavos nohumanos porque eso le beneficia a sus intereses como explotador, no porque tenga una preocupación moral por los nohumanos.

      El error esencial del utilitarismo está en que no tiene fundamento racional. El utilitarismo se basa en dos principios: 1) hedonismo y 2) consecuencialismo. 1) El placer (felicidad, bienestar,...) es bueno y el dolor (malestar, sufrimiento,...) es malo, y, por tanto, 2) debemos hacer cualquier cosa para aumentar el placer y disminuir el dolor. Esto son dogmas que sea asumen de partida y que no se justifican racionalmente. He escrito varias entradas sobre esto. Para no extenderme más te dejo el enlace recopilatorio:

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/search/label/utilitarismo

      La ética no se fundamenta en conocimientos científicos ni tampoco en hechos naturales o deseos subjetivos. La ética se fundamenta en la lógica. De otro modo, no sería ética. Si vamos a actuar haciendo simplemente lo que nos conviene o lo que nos gusta, entonces la propia noción de ética no tendría sentido.

      http://filosofiavegana.blogspot.com.es/2013/01/nociones-basicas.html

      No he explicado con detalle todos los puntos que has señalado, porque mi comentario sería demasiado extenso. Te sugiero que leas atentamente los enlaces que he expuesto, y luego saques conclusiones. Pero conclusiones a partir de datos correctos, no de "creencias". Porque lo que tú consideras que es la explotación ,o lo que es los Derechos Animales, son meras creencias basadas en presunciones erróneas, y no en las ideas y razonamientos correctos que se ajustan a esos conceptos.

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